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El concepto de infancia no existía en la Edad Media. Se consideraba a los niños como adultos en miniatura, pecadores, llenos de maldad y por lo tanto los adultos no presentaban el más mínimo interés en el desarrollo físico y mental de éstos.
Se desconocían necesidades especiales como el juego y compartían espacios de sociabilidad con los adultos en vez de tener sus propios espacios. -
En la modernidad, la infancia comienza a ser vista como una etapa que requiere de una preparación especial. Se ve a los niños como seres inacabados, inocentes, con necesidad de protección, que deben ser encarrilados y educados.
Dejan de compartir tantos espacios con los adultos, comienzan a tener sus propias ropas y libros de textos así como asistir a la escuela. -
En la posmodernidad, las prácticas que gestaban la infancia, que instituían sus distinciones, se agotan. La inocencia, la necesidad de cuidado, la fragilidad, la carencia de saber ya no sostienen al niño, o por lo menos no a todos. La infancia deja de ser homogénea y pasa a ser liquida ya que no es clara su definición mas allá de la edad que abarca. Se presta cada vez mas atención a sus necesidades y derechos.