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La práctica del infanticidio ha tomado muchas formas, este
ha sido practicado en todos las culturas, desde los cazadores nómadas hasta nuestros propios ancestros. Un método típico de infanticidio era simplemente abandonar al infante, dejándolo que muera por expósito. -
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Los padres eran los propietarios de los hijos, ellos los consideraban como carga y como yugos. Los niños inspiraban en los adultos temores, fobias y fantasías. Los padres podían disponer de sus hijos para cambio u uso según su interés.
Los niños eran entendidos como entidades llenas de maldad y por lo tanto sujetos a castigos corporales despiadados para dominarlos . No había ningún interés porque los padres asuman su crianza, siendo encargados a terceros o abandonados a su suerte. -
Los padres eran los propietarios de los hijos, ellos los consideraban como carga y como yugos. Los niños inspiraban en los adultos temores, fobias y fantasías. Los padres podían disponer de sus hijos para cambio u uso según su interés.
os niños eran entendidos como entidades llenas de maldad y por lo tanto sujetos a castigos corporales despiadados para dominarlos . No había ningún interés porque los padres asuman su crianza, siendo encargados a terceros o abandonados a su suerte. -
El niño es considerado un rebelde al que hay que enderezar acudiendo a todo tipo de castigos, tanto físicos como psíquicos. El castigo era casi siempre de tipo corporal y cuando se intentó limitar se empezó a encerrar a los niños en cuartos oscuros.
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Se le considera un adulto incompleto y se le maltrata psicológicamente sometiéndolo a dura disciplina. Los abusos sexuales y el maltrato físico habían hecho mucha mella pero se comenzó con el psíquico. Aparición de relatos sobre pesadillas, alucinaciones, obsesiones provocadas por la presión a la que eran sometidos.
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Con la llegada de las guerras y la revolución industrial el niño es considerado mano de obra barata. Se trata como un bien que se puede explotar.
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La relación con el niño/a en esta época
es básicamente empática. El interés
ya no está ni en dominar ni en socializar
únicamente, sino en desarrollar las
características propias de cada niño/a,
comprender sus necesidades y potenciar
sus habilidades