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Se funda el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología como organismo rector de la política científica y tecnológica en México. Representa el primer paso hacia una institucionalización de la investigación en el país.
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El gasto en investigación y desarrollo pasa del 0.28 % al 0.35 % del PIB, con un aumento en el número de investigadores, instituciones y publicaciones científicas, reflejo de la apertura neoliberal hacia la ciencia.
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Se constituye este órgano de asesoría directa a la Presidencia de la República para apoyar en el diseño de políticas científicas y tecnológicas, con participación de investigadores reconocidos. -
Se impulsa un marco legal renovado para la ciencia y la tecnología, con la creación del Programa Especial de Ciencia y Tecnología (PECyT), buscaba orientar la inversión y vincular la investigación con el desarrollo económico. -
Se promulga la Ley de Ciencia y Tecnología, que define los instrumentos de financiamiento, fomenta la participación del sector privado e institucionaliza la relación entre Estado y comunidad científica. -
El presupuesto en ciencia llega a representar hasta el 0.5 % del PIB, aunque aún lejos del 1 % recomendado internacionalmente. La política científica se orienta hacia la innovación y competitividad.
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Se inaugura uno de los proyectos más ambiciosos de la ciencia mexicana, el Gran Telescopio Milimétrico, símbolo de la inversión en grandes infraestructuras científicas y de colaboración internacional. -
A inicios del siglo XXI, México cuenta con un marco legal sólido e instituciones consolidadas en ciencia y tecnología. Persiste el reto de aumentar la inversión y garantizar la equidad en el acceso al conocimiento.