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Desde una perspectiva fuertemente humanista, la didáctica surge primero como un ámbito de organización de las reglas del método, como método único para enseñar todo. Comenio instaló en el origen del pensamiento didáctico algunas líneas centrales, que aún hoy podrían ser valoradas:
• Enseñar a todos, cualquiera sea su origen y condición.
• Partir de la experiencia sensible, valorizando el papel de los sentidos para el conocimiento y el desarrollo personal. -
Enfatizó el papel de la instrucción, como base del desarrollo humano y de la razón. Herbart sembró algunas líneas que son de alguna forma retomadas, como:
• La importancia de la transmisión del saber por parte de los adultos.
• La relación entre la observación sensible y el pensamiento.
• La secuencia en la enseñanza: una cosa se presenta antes; otra, después. -
Las primeras décadas del siglo XX marcaron un giro sustancial en el desarrollo didáctico.
La Escuela Nueva significó un movimiento de reacción contra el autoritarismo, el formalismo, el intelectualismo pasivo, el alejamiento de la vida en las escuelas. -
Debe destacarse que, en el mismo período, se iniciaba el avance de un nuevo movimiento, mucho más comprometido con el control, la eficiencia y el rendimiento, que con la experiencia, la inventiva y el aprendizaje. Nos referimos a las producciones de Bobbit (1924) y Charters (1938), entre otros, responsables activos de la organización de los currículos escolares y el desarrollo de la disciplina burocrática en los aparatos escolares modernos.
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Este movimiento afirma el papel activo del individuo, la enseñanza significativa, el desarrollo intelectual, el aprendizaje por investigación, exploración y solución de problemas, el aprendizaje ético de la reciprocidad a través de la cooperación y la enseñanza como proceso de intercambio y construcción de significados.
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Este movimiento enfatiza construir alternativas metodológicas de enseñanza a partir del análisis de las prácticas:
• La valorización de la práctica como fuente de experiencia y desarrollo.
• La importancia de los intercambios entre los sujetos.
•El papel del docente como constructor de la experiencia, rechazando la visión de un técnico.
•La diversidad de situaciones en las aulas y su complejidad, así como en sus dimensiones implícitas.
•La dimensión artística en el proceso de enseñar. -
Esta corriente de producciones, sin desvincularse de las anteriores, destaca la visión de la enseñanza como un fenómeno social y cultural que requiere ser pensado desde una escala más amplia que el aula misma. El aprendizaje del grupo es entendido como un producto social mismo (Perkins, 1992; Colé, 1991; Gardner, 1988; Bandura, 1989; Wersch, 1991,;^ Davydov, 1995, entre otros).