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Cadenas de producción adquieren mayor complejidad y surge el papel del inspector, que era el encargado de supervisar la efectividad de las acciones de los empleados, este es el primer gesto de control de calidad.
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Dentro de esta etapa además de la inspección las empresas mostraban interés en los controles estadísticos ya que estos procesos se vieron favorecidos por los avances tecnológicos de la época y se empezaba a tener un control más global.
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Se descubre que el control estadístico no es suficiente, entonces se desglosan los procesos en etapas. En estos años surgen sistemas de calidad, dejando de lado como prioridad la cantidad de productos obtenidos y dando énfasis a la calidad.
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La calidad se asume como un proceso estratégico, siendo este un cambio significativo ya que a partir de estos años se introducen procesos de mejora continua. Se toman como centro de acción las necesidades del cliente y los sistemas de gestión se consolidan e incrementa la implicación del personal.
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No existen diferencias entre artículo y el proceso de producción. A partir de estos años surge un nuevo concepto que es la calidad total. La figura del cliente tiene mayor protagonismo con la relación que tiene con el producto, ya que este es el principal indicador de la calidad. Mejora dentro de los sistemas.