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El organismo de la mujer se prepara cada mes para engendrar un bebé. Y ese proceso comienza dos semanas antes de la concepción, cuando empieza el ciclo menstrual, a partir del primer día de regla.
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A partir de ese momento empieza toda una aventura para él. Tiene que multiplicarse y al mismo viajar hasta el lugar donde vivirá durante unas 40 semanas de gestación hasta convertirse en un bebé. Treinta horas después de la fecundación, el cigoto ya son dos células; a las 40 -no han pasado ni dos días- ,cuatro células y a las 72 horas ya se ha dividido entre 12 y 16 células.
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En la semana 4 de embarazo prosigue el viaje del embrión a través del organismo materno. El blastocisto, formado para centenares de células, ha llegado al útero procedente de las trompas de Falopio. En él se pueden distinguir dos tipos de células: el trofoblasto, de donde surgirán la placenta y el cordón umbilical, y la masa celular interna del que se desarrollarán todos los órganos y tejidos que será el bebé.
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A lo largo del embrión se ahueca un surco que se convertirá en la médula espinal. Esas primitivas células que aún no son ni tan siquiera unas neuronas, serán las que van a dar las órdenes necesarias para que el resto de las células se especialicen y estén perfectamente coordinadas entre sí, como si fuesen los instrumentos de una inmensa orquesta, para la formación de los diferentes órganos.
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En la semana 6 de embarazo el bebé tiene la forma de una pequeña habichuela. En esta semana su crecimiento es vertiginoso y empieza una etapa crucial de su desarrollo: la organogénesis, es decir, el comienzo de los principales órganos: riñones, pulmones, sistema digestivo… Aunque la mayoría de ellos no termina su completo desarrollo hasta tiempo después del nacimiento. Y aunque no lo parezca, también comienzan las primeras transformaciones en la fisonomía y en el aspecto exterior del nuevo ser.
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En la semana 7 de embarazo el embrión mide de 5 a 7 milímetros, desde el final de la cabeza (se llama vértex) hasta el final de la "cola", que será en un futuro su coxis; en la ecografía al feto se le mide desde la parte superior de su cabeza hasta la rabadilla. La cabeza aún está muy curvada sobre el pecho y crecerá mucho, ya que el cerebro se desarrolla con rapidez.
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El bebé ha crecido de forma espectacular dentro del útero materno en lasemana 8 de embarazo. Mide entre 10 y 14 milímetros. A partir de esta semana, para los médicos ha dejado de ser un embrión y ha "ascendido" de categoría de feto. Su cabeza es muy grande en proporción al resto del cuerpo y siempre está inclinada sobre el cuerpo.
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Ahora, en la semana 9 de embarazo, mide entre 17 y 22 milímetros. Y físicamente también ha cambiado mucho: la cola ha desaparecido y la cabeza se ha separado un poco del cuerpo gracias a un incipiente cuello que humaniza su silueta.
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Si hasta ahora lo importante era que los órganos se formaran correctamente, a partir de la semana 16 de embarazo el bebé tiene una misión importantísima: crecer y crecer. Ahora el niño mide alrededor de 11 centímetros desde la coronilla hasta el coxis y pesa entre 80 y 100 gramos. Y no para de moverse dentro del aún espacioso útero materno
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¡Estás en la semana 20, ya están en la mitad del embarazo! Aquella diminuta célula hoy, 18 semanas más tarde, ya mide unos 20 centímetros y pesa casi un cuarto de kilo. En las próximas 20 semanas, el bebé dará "un estirón" espectacular: duplicará su longitud y multiplicará por diez su peso.
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Su rostro es liso y a medida que ha ido guardando grasa, la mayoría de las arrugas ha desparecido en la semana 36 de embarazo.
Los pulmones son los únicos órganos que aún siguen madurando.
Sus huesos se han endurecido, excepto los de la cabeza que son más blandos y flexibles para poder atravesar el canal del parto.
Sus movimientos son fuertes y vigorosos y es fácil adivinar un pie o el codo en forma de protuberancias, y si los presionas ligeramente comprobarás que se revuelve. -
En la semana 38 de embarazo, su cerebro sigue creciendo (de hecho continuará haciéndolo incluso meses después de nacer) y bajo su dermis prosigue acumulando grasa que le va a proteger de las "bajas temperaturas" del mundo exterior tras el nacimiento. Ocupa prácticamente todo el útero. Por eso apenas se mueve, pero cuando lo hace, tiene mucha "fuerza". El parto se aproxima.
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Tu bebé aún puede llegar a la semana 41 de embarazo, e incluso a la semana 42. El ginecólogo puede confirmar el bienestar fetal mediante ecografía Doppler, que verifica el estado del líquido amniótico, y también monitorizando a la madre. Esta última prueba recoge las contracciones uterinas y el latido del bebé.