Origen de las enfermedades: teorías en Medicina y Fitopatología_ Autor Heiman Fernandez
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En las primeras civilizaciones como Mesopotamia, Egipto y Grecia arcaica (aprox. 3000–1500 a.C.), se creía que las enfermedades en humanos y plantas eran causadas por fuerzas malignas, brujería o espíritus, y se intentaba curarlas con rituales mágicos y sacrificios.
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La teoría cósmica o sideral sostenía que los astros y, en especial, la luna influían en la salud de personas y plantas. En agricultura, los “horóscopos agrícolas” guiaban siembras y tratamientos basados en ciclos lunares, atribuyendo enfermedades como la roya de la cebada a los astros.
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En culturas antiguas, las enfermedades se atribuían a deidades específicas. Por ejemplo, el demonio Axaxazu provocaba icteria, Askhu causaba tisis, y los aztecas creían que el dios de la lluvia Tlaloc podía ocasionar o curar lepra y enfermedades de la piel.
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Hacia alrededor de 500 a.C., en la doctrina ayurvédica de la India se concebía que la enfermedad resultaba del desequilibrio entre los tres doshas (kapha, pitta, vata). Similarmente, Hipócrates en Occidente postuló que el desequilibrio de los cuatro humores (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra) causaba enfermedades.
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Antes de Pasteur y Koch, en 1546 Girolamo Fracastoro propuso que partículas invisibles ("seminaria contagiorum") podían contagiar enfermedades, y ya en los siglos XVII-XVIII algunos naturales sospechaban que organismos diminutos causaban síntomas en plantas, aunque sin pruebas concluyentes.
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n los siglos XVII-XVIII, se postulaba que los miasmas—vapores fétidos provenientes de suelos o aguas contaminadas—eran causantes de enfermedades, lo que fortaleció la idea de que el ambiente malsano transmitía dolencias como el cólera o la viruela.
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Autores como Finlay (s. XIX) propusieron tres categorías: individuales, atmosféricas (clima, frío, calor) y antecedentes (predisposición del cuerpo). y telúricas. En Fitopatología, Prévost y Harshberger distinguieron entre causas directas, secundarias, predisponentes y determinativas. Estas ideas dieron origen al concepto de triángulo epidemiológico, en el que interactúan agente, ambiente y hospedero, retomando incluso planteamientos hipocráticos.
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En la segunda mitad del siglo XIX, Louis Pasteur y Robert Koch establecieron la teoría germinal de las enfermedades infecciosas. Koch desarrolló los postulados que permiten demostrar que un organismo es causa de una enfermedad, revolucionando la microbiología y las prácticas médicas.
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El artículo destaca que la Fitopatología aplicó antes que la Medicina principios análogos a los postulados de Koch, demostrando un papel pionero en aceptar la teoría germinal para enfermedades vegetales.
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Volcy (2007) discute cómo ambos campos, Medicina y Fitopatología, desarrollaron criterios para establecer que una causa específica era suficiente y necesaria para causar una enfermedad infecciosa, lo que fundamentó el desarrollo de terapias antimicrobianas.