-
Todos los objetos, naturales o artificiales, incluyendo los seres humanos, están formados por átomos, que se unen a otros átomos y forman moléculas. Para ello pueden utilizar diferentes tipos de enlaces químicos. Y es precisamente en estas uniones donde encontramos la clave de las reacciones químicas.
-
Las reacciones químicas son procesos termodinámicos que transforman una materia. En este proceso, dos o más sustancias químicas, también llamadas reactivos, cambian su estructura molecular y enlaces químicos para consumir o liberar energía.
-
En concreto, la velocidad de una reacción aumenta cuando aumentamos la temperatura, puesto que se provocan más “choques efectivos” entre las moléculas reaccionantes como consecuencia del incremento de la energía de las moléculas. Como media, un aumento de 10 ºC en la temperatura duplica la velocidad de la reacción.
-
Al tener lugar una reacción química hay una gran variedad de manifestaciones que se pueden producir. Por ejemplo, reacciones de efervescencia, de combustión, reacciones en las que hay desprendimiento de luz o calor, cambios de color y la precipitación.
-
Reacciones ácido-base.
Reacciones de oxidación-reducción.
Reacciones de combustión.
Reacciones de desplazamiento.
Reacciones de doble desplazamiento.
Reacciones ácido-metal.
Reacciones de combinación.
Reacciones de descomposición. -
En una ecuación química, el signo “+” se lee como “reacciona con” y la flecha, como “produce”. Los compuestos o elementos que aparecen del lado izquierdo de la flecha se denominan reactivos, y los de lado derecho, productos. En el ejemplo, los reactivos son el magnesio y el oxígeno; el producto, el óxido de magnesio.
-
La velocidad de una reacción química está determinada por muchos factores, tales como la concentración de reactivos, área de superficie, temperatura, y catalizadores.