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Con la llegada del primer iPhone, inicia una nueva era de comunicación digital. Los dispositivos móviles se vuelven accesibles y comienzan a integrarse en la vida cotidiana de estudiantes y docentes. -
Algunas escuelas experimentan con el uso de smartphones para búsqueda de información, fotografías y grabaciones, aunque todavía se perciben más como distracción que como herramienta educativa. -
Surgen programas piloto en México y Latinoamérica para promover la alfabetización digital. Se empiezan a reconocer los beneficios del smartphone en procesos de aprendizaje autónomo y colaborativo. -
Durante la pandemia de COVID-19, el smartphone se convierte en un recurso indispensable para clases virtuales. Se demuestra su valor educativo y su capacidad para mantener la continuidad del aprendizaje. -
Investigaciones educativas alertan sobre la distracción, el ciberacoso y la dependencia digital. Se plantea la necesidad de enseñar competencias digitales responsables y éticas. -
La SEP y varias instituciones privadas establecen lineamientos sobre el uso responsable del smartphone, enfocándose en la convivencia digital y la prevención de riesgos. -
Educadores integran aplicaciones móviles para evaluación, gamificación y aprendizaje activo. Se promueve la co-creación de contenidos educativos y la participación del estudiante. -
Las escuelas adoptan estrategias para equilibrar el uso tecnológico con el bienestar emocional. El enfoque educativo se centra en el pensamiento crítico, la autorregulación y la ética digital.