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Las TIC's en mi vida.

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    Las TIC's en mi familia.

  • Quien busca una persona, corre el riesgo de encontrarla...

    Quien busca una persona, corre el riesgo de encontrarla...
    La primera TIC en mi familia (dando por hecho el teléfono fijo y la televisión) data de antes de mi nacimiento. Se trata del buscapersonas con el que mi padre se "comunicaba" con su empresa de transporte de mercancías en Madrid. Una de las formas más simples de tener localizados a tus empleados.
  • El primero en discordia.

    El primero en discordia.
    Llega el primer teléfono móvil a la familia. Aunque únicamente servía para llamar y ser llamado, fue un tesoro protegido desde que llegó a nuestras manos. Gentileza, también, de la empresa de mi padre. Ahora, era mucho más fácil comunicarse entre compañeros y el "busca" quedó desfasado.
    Prodría decirse que fue a partir de entonces, cuando mi familia sufrió el auge de TIC's. A los pocos meses, mi madre se hizo con otro teléfono móvil similar.
  • "Inicializándome".

    "Inicializándome".
    Modelo similar a mi primer ordenador. Regalo de mi cuñado, únicamente contaba con sistema operativo MS-DOS o algún similar.
    Mis padres me apuntaron a clases de informática en el colegio, pero aquella cantidad de letras y números ininteligibles en aquella pantalla no despertaban mucho mi curiosidad. Era todo muy nuevo.
    Aún no era consciente de las repercusiones que acabaría teniendo aquel aparato en mi vida, tanto a nivel social como profesional.
  • Esto empieza a gustarme...

    Esto empieza a gustarme...
    ¡Los reyes fueron geniales aquel año! Llegaron a mi poder 2 disquetes de aquellos negros (toda una novedad para mí) con juegos para el ordenador. Era introducir uno de aquellos cuadrados por la ranura del ordenador y me transportaba a un mundo paralelo durante horas. La Nintendo 64 quedó en segundo plano.
    Pac-man y tetris, los grandes de las recreativas reducidos a la pantalla de mi ordenador y ¡en mi propia casa!
    Quizás fuera por el exceso que poco después el ordenador se averió...
  • Mi primer teléfono móvil.

    Mi primer teléfono móvil.
    Por fin me hice con uno de aquellos teléfonos "modernos" que todo el mundo tenía.
    Aparte de utilizarlo para llamar a casa, "papá", "mamá" y mis hermanos, también le gastaba la batería en seguida jugando al famoso "snake".
    Poca utilizad más podía dársele.
  • Necesito un ordenador ¡YA!

    Necesito un ordenador ¡YA!
    Desde la avería del ordenador antiguo me había visto aislado completamente de la informática.
    Con el reciente distanciamiento de mis amistades por el cambio de residencia que sufrí ese año, me vi en la necesidad de contactar con ellos de un modo más rápico que el correo postal y más barato que el teléfono móvil.
    Descubrí entonces en la biblioteca del barrio una serie de ordenadores con internet y me creé mi primera cuenta de correo electrónico.
    Comencé mi andadura por el espacio cibernético.
  • ¡Ciber-felicidades!

    ¡Ciber-felicidades!
    Mis padres me regalaron un ordenador nuevo, con sistema operativo Windows XP que ha durado hasta hace bien poco. Además instalamos internet en casa y todo fue en aumento.
    Se acabó entonces aquello de ir a la biblioteca del pueblo para ver mi correo y chatear por el messenger con la gente. Me creé una nueva cuenta de correo electrónico (la actual) y comencé a utilizar "google" como complemento de mis estudios, recién empezada la ESO.
  • Navegando por la red.

    Navegando por la red.
    Mi primer contacto con un chat, recomendación de un amigo. Comencé a conocer gente de todas partes de España gracias al chat "ozú". Compartir noticias, información, intereses, gustos, etc. con gente completamente desconocida fue algo que me enganchó.
    Junto con mi pasión por los idiomas, extendí mi curiosidad al mundo entero y comencé a chater con gente de todas partes del globo usando otros chats.
  • ¡Y llegó el color!

    ¡Y llegó el color!
    Mensajes cortos de texto, llamadas a amigos y familiares, y versión a color del clásico Snake.
    Poco más que decir del momento navideño en el que se introdujo el color en el bolsillo de mis pantalones.
    Deduje que aquello sólo era el principio del progreso y que pronto tendríamos pantallas planas e incluso volátiles como en Star-Trek.
  • "My space" en internet.

    "My space" en internet.
    Descubrí la aplicación del correo electrónico que te permitía crearte un simulacro de página web a través de "My Space" y así lo hice.
    Publicaba en él historietas de humor y chistes por un lado, y por el otro publicaba recortes de noticias e instaba a mis amigos a debatirlas. Me hice un luchador de las causas justas usando my space cuando empecé a tratar temas de políticas sociales.
    Poco después lo abandoné, pero mi lucha no acababa ahí.
  • Ya empezamos...

    Ya empezamos...
    Fue la primera red social a la que pertenecí. Subía fotos, ponía información personal, compartía vivencias...
    Fue como una expansión de los chats que había dejado apartados, pero mucho mejor, ya que podían verse fotos de la gente que la que hablabas y a la que conocías.
    Internet comenzaba a ser caprichoso y selectivo.
  • Y crecemos sin parar...

    Y crecemos sin parar...
    Vista fue lo que tuvieron mis padres y hermanos con el regalo de cumpleaños de mi mayoria de edad. Un portatil con sistema operativo Windows Vista que uso en la actualidad.
    La gente habla del Windows 7, pero a mí no termina de convencerme.
  • Más y mejor.

    Más y mejor.
    Nueva habilidad con el teléfono móvil llega a mis manos, la posibilidad de manejarlo pasando un dedo por la pantalla. Más color, más vida, más diseño, más comodidad, pero sin mi querido "Snake". =(
    Star-Trek ya no queda tan lejos como en aquellos años.
  • "Tuenti" a los 18.

    "Tuenti" a los 18.
    Me hice mi cuenta en Tuenti (una red social a nivel nacional), por la invitación de una amiga. Pronto empecé a engancharme a esta nueva forma de subir y comentar fotos y dejé de lado el Badoo. El Tuenti ofrecía muchas más posibilidades de contactar con la gente y además podías ver sus fotos de un modo más rápido. Todo eran ventajas.
  • Uno, dos, tres, probando...

    Uno, dos, tres, probando...
    Instalo el skype y hago una videollamada de mejor calidad que con el messenger al otro lado del mundo. En la pantalla de mi ordenador, mi hermana me sonríe desde Canadá y me desea por los altavoces una Feliz Navidad. Internet y sus aplicaciones pueden hacer que estos mometos sean realmente emotivos y especiales, y una lágrima cibernética viendo a tu familia incluso en la distancia, no hay dinero que la pague.
  • El libro de caras.

    El libro de caras.
    Ingreso en Facebook y me olvido por completo del Tuenti. Las posibilidades de la nueva red social son mucho mejores que las de la otra. Además, ¡es a nivel mundial! Recupero algunas de las amistades que hice en los chats alrededor del mundo y puedo ver sus fotos, comentarlas, compartirlas, etc...
    Por otro lado, mi familia, cada vez más dispersa, queda reducida a un grupo "Familia" donde nos mantenemos en continuo contacto. Sencillamente magnífico.
  • Un parto difícil.

    Un parto difícil.
    Tras mi última y dolorosa ruptura sentimental me decido a crear un blog "Mente vs. Corazón", en el que relato mis andaduras por el mundo sentimental.
    Mi afán por la escritura levanta pasiones entre algunos que siguen fieles mis publicaciones personales. Comienzo a ganarme un puesto entre los "favoritos" de algunos amigos gracias a mi blog.
  • ¡Te sigo!

    ¡Te sigo!
    Me creo una cuenta en twitter tras ver la importancia que tiene en la difusión de noticias al momento. Como no sé cómo se utiliza, lo dejo aparcado, pero comienzo a ver su importancia a medida que se acercan las elecciones.
    Ahí es cuando le saco brillo a mis ideales y principios y retomo la lucha por los derechos que dejé con My Space.
    Compruebo que es un hervidero de debates y me aficiono por completo. De hecho, es la red social que más utilizo hoy día. ¡Al fin sé lo que es un "hashtag"!
  • Premonición.

    Premonición.
    ¡Apple está que se sale!
    Aún no ha llegado el día, pero le he pedido a Papá Noël y a los Reyes un iPhone y creo que mis súplicas han sido oídas.
    Aún no lo poseo, pero creo que lo tendré pronto.
    Un aparato donde poder juntar todas las aplicaciones y redes sociales que uso en el ordenador que quepa en mi propia mano debe ser increíble.
    Entonces ya me sentiré como uno de los protagonistas de Star-Trek.