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El descontento popular se intensificó, y el 14 de julio de 1789, se produjo la toma de la Bastilla, una prisión real en París. Este evento marcó el inicio de la lucha popular contra el régimen monárquico.
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Francia enfrentaba una grave crisis económica y financiera debido a la deuda del Estado. El rey Luis XVI convocó a los Estados Generales en 1789 para buscar soluciones a la crisis.
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Los representantes del Tercer Estado, que representaba a la mayoría de la población, se declararon a sí mismos la Asamblea Nacional Constituyente. Adoptaron la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y comenzaron a elaborar una nueva constitución.
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La Asamblea Nacional Constituyente abolió la monarquía en 1792 y proclamó la Primera República Francesa. El período de la Convención Nacional y el Comité de Salvación Pública llevó a la radicalización de la Revolución y al Reinado del Terror bajo la dirección de Robespierre.
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El Directorio asumió el poder en 1795, pero Francia siguió siendo inestable y enfrentó amenazas internas y externas.
En 1799, Napoleón Bonaparte dio un golpe de Estado y se convirtió en Primer Consulado -
Napoleón se autoproclamó emperador en 1804 y gobernó Francia como Napoleón I. Su expansión militar en Europa llevó a las Guerras Napoleónicas. En 1814, Napoleón fue exiliado a la isla de Elba, pero regresó brevemente en 1815 durante los Cien Días antes de su derrota final en Waterloo.
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Después de la derrota de Napoleón, la monarquía fue restaurada en Francia bajo Luis XVIII y, más tarde, Carlos X.
La Revolución de Julio en 1830 llevó al trono a Luis Felipe de Orleans y la creación de la Monarquía de Julio. -
La Revolución de 1848 condujo a la creación de la Segunda República, pero esta fue seguida por el Segundo Imperio bajo Napoleón III en 1852.