-
Nacimiento y Desarrollo Humano: Nacemos como seres humanos, comenzando así nuestra aventura personal en la vida. A lo largo de nuestra vida, nos enfrentamos a diversas experiencias que nos hacen más humanos, como el dolor, la libertad, la solidaridad y la alegría. -
Inspiración en el Modelo de Jesús: En el camino de crecimiento personal, los cristianos encuentran inspiración en el modelo de Jesús histórico. Se reconoce que cuando reflejamos lo mejor de lo humano, estamos manifestando el estilo de Jesús en nuestras vidas. -
División de los Ejercicios Espirituales en Cuatro Semanas: Semana de la Reconciliación: Experimentamos el dolor propio para encontrar la gracia de la reconciliación. Semana de la Entrega: Nos enfrentamos a la libertad y nos abrimos a la gracia de la entrega. Semana de la Comunión: Experimentamos el dolor ajeno para abrazar la gracia de la comunión. Semana de la Alegría: Vivimos la alegría para experimentar la gracia de la gratitud. -
Desarrollo Personal a través de los Ejercicios Espirituales: Ignacio de Loyola recibió el don de convertir su propio camino personal en una propuesta de crecimiento psicológico y espiritual. Los Ejercicios Espirituales son un método de desarrollo personal que nos transforma desde dentro, inspirándonos a seguir el camino de Jesús. -
Universalidad del Crecimiento Humano: Tanto creyentes como no creyentes están convocados al horizonte último de la humanidad. El crecimiento humano es un proceso continuo que nunca termina, siempre buscando profundizar en las experiencias de reconciliación, entrega, comunión y alegría. -
Rasgos de la Persona de Talante Ignaciano: Se destacan rasgos de personalidad, solidaridad, sentido de pertenencia y vivencia espiritual que guían el crecimiento individual. -
Importancia del Diálogo y la Cooperación: Se enfatiza la importancia del diálogo y la cooperación entre creyentes y no creyentes en el camino hacia la plenitud humana. -