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Entre las décadas del ‘30 y del ‘40 encontramos en Europa dos métodos “clave”: uno de ellos, el Método“Tonic Sol-Fa”, de origen inglés (en Alemania se lo llamó “Tonika Do”). El otro método es de origen francés: Maurice Chevais, músico y pedagogo destacado, escribe una obra pionera, en tres tonos, donde propone una serie de conceptos y prácticas básicas, muchos de los cuales continúan vigentes.
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Empiezan a tener influencia los aportes filosóficos y técnicos de la “escuela nueva” en el campo de la educación musical.
Una figura arquetípica de este período es la del alemán y suizo Émile Jaques Dalcroze (1865-1950), a quien solemos referirnos como “el Freud” de la educación musical, por haber sido el primero en introducir el movimiento corporal en la enseñanza de la música. -
Tiene como principales referentes a Carl Orff, Alemania (1895 - 1982), a Zoltan Kodaly, Hungría (1882-1977) y a Shinichi Suzuki, Japón (1898-1998).
En este período se otorga un lugar principal a la formación de conjuntos instrumentales, incentivando los juegos corporales, lingüísticos y la oralidad musical, por lo cual, se resalta el canto
como un instrumento básico en la enseñanza de la música. Esta metodología sigue vigente hasta nuestros días. -
Excluimos a Kodalyy Orff de este período porque en sus respectivos enfoques el ejercicio de la creatividad aparece monopolizado por el metodólogo mismo, que crea los materiales que se ofrecerán a los alumnos. No había llegado aún el tiempo de que los estudiantes intervinieran también como productores, aportando su propia música.
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En el cual se desarrolla toda una euforia de movimientos, frente al área educativa; la música se ve permeada teniendo que ampliar su horizonte en los contenidos, incorporando la música de otras culturas, sin dejar de enseñar sus propias raíces culturales, por otro lado, aparece la tecnología musical.
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Se desacatan las metodologías para la enseñanza musical de Kodaly, quien se basa en el repertorio coral, Willems que ahonda
en los aspectos psicopedagógicos de la enseñanza y Orff, en el ritmo (corporal y del lenguaje) y los conjuntos instrumentales (Gainza, V. 2003), demostrando que en la actualidad los docentes tienen a su disposición diversos modelos, los cuales pueden combinar a fin de favorecer los procesos de enseñanza musical en
el aula de clase. -
La música se convierte en un elemento indispensable para la educación y formación del sujeto, por lo tanto no puede estar lejos del aula de clase, sino que los docentes deben incorporarla en sus prácticas educativas, a fin de incentivar habilidades sociales, psíquicas, cognitivas y de comunicación fundamentales en los niños de la primera infancia.