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La esclavitud. Los esclavos eran propiedades de sus amos. No se les consideraba personas sino cosas, con lo que el dueño podía hacer lo que quisiera con ellos.
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La servidumbre. Los siervos ya se consideraban personas y podían poseer bienes. Trabajaban la tierra del señor feudal y estaban ligados a ella. A cambio, el señor feudal les ofrecía protección.
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Los gremios. En las ciudades, los artesanos y comerciantes se organizaban en grupos cerrados llamados gremios. En cada oficio, estas asociaciones estaban integradas por tres niveles: Los maestros, que eran los dueños de los talleres, los oficiales que hacían un trabajo especializado a cambio de un salario y los aprendices que trabajaban a cambio de alojamiento y comida.
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El salario era muy reducido. No había descanso semanal, todos los días eran laborables, tampoco había vacaciones anuales. No había protección social, en caso de accidente o enfermedad, no había derecho a asistencia médica ni medicinas ni se cobraba. No había seguridad e higiene, no existían normas para prevenir y proteger la salud. En cuanto a los derechos colectivos estaba prohibido hacer huelga e incluso pertenecer a un sindicato.
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El proletariado. Se producen innovaciones tecnológicas y aparecen grandes fábricas que requieren mucha mano de obra, lo que atrae a las ciudades a grandes masas de personas y recursos procedentes del campo, surgiendo una nueva clase social, los obreros o proletarios. Al haber muchos más trabajadores que puestos de trabajo se imponen condiciones laborales dramáticas. El trabajo infantil está permitido a cualquier edad, incluso en las minas. La jornada laboral tenía entre 12 y 19 horas diarias.
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Aparece hasta el siglo XIX a partir de la revolución industrial.
Para protestar y cambiar estas condiciones, los trabajadores se unen, dando lugar al movimiento obrero y a la lucha de clases. Finalmente, el Estado tiene que intervenir dictándole a los protectores para asegurar la paz social, lo que conlleva el nacimiento del derecho laboral, que regula las relaciones
laborales, limitando el poder del empresario y protegiendo a la parte más débil, el trabajador.