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El final del siglo XIX fue una etapa de intensos cambios sociales, especialmente en Inglaterra, donde la sociedad victoriana —aún muy influenciada por la moral conservadora, el cristianismo y las normas rígidas de comportamiento— comenzaba a experimentar nuevas tensiones que marcarían profundamente a la novela Drácula. En esos años surgía la figura de la “New Woman”, mujeres más independientes e instruidas, lo que generaba temor y debate en una sociedad aún patriarcal. -
La novela Drácula de Bram Stoker fue publicada en 1897, durante la época victoriana tardía en el Reino Unido. Esta obra no solo es uno de los pilares fundamentales de la literatura gótica, sino que también refleja profundas tensiones sociales, culturales y políticas del momento. -
Fin del siglo XIX trajo un renacimiento del interés por lo sobrenatural, el espiritismo, y las ciencias ocultas. Esto se mezcla con el miedo al extranjero, ya que Drácula representa tanto el misterio de Europa del Este como una amenaza que corrompe la civilización británica. Gran parte de la cultura británica representaba lo "oriental" o "extranjero" como decadente, peligroso y misterioso. Drácula, como extranjero, encarna ese temor a la "contaminación" cultural y biológica. -
Uno de los aspectos más notables de Drácula es el contraste entre la superstición y la ciencia. En la historia conviven diarios, cartas, grabaciones fonográficas y análisis médicos —símbolos del progreso— con mitos antiguos, símbolos religiosos y rituales arcanos. Este juego entre lo moderno y lo sobrenatural refleja el conflicto interior de una sociedad que aún no sabía cómo reconciliar el racionalismo con lo inexplicable.