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Solo Dios podía crear desde la nada (“creatio ex nihilo”). El arte humano era una actividad técnica y obedecía a normas religiosas.
La creatividad humana no existía como tal. Las obras eran fruto de copias, comentarios o adaptaciones de textos sagrados o tradicionales. No había lugar para la autoría personal ni la innovación.
Sin autores específicos, se destacan los monjes copistas y trovadores como figuras representativas. -
La creatividad se entendía como un don divino, el ser humano no era visto como creador, sino como canal de los dioses.
PLATÓN afirmaba que los artistas no creaban, sino que imitaban las Formas perfectas e invisibles del mundo ideal. La creación artística no era original ni humana, sino un reflejo de lo divino.