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Identidad entendida como esencia natural, racional y universal. El sujeto era visto como autónomo e individual. Se daba primacía a lo biológico y esencial.
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Se asocia identidad a la raza y al Estado-nación. Se consolidan teorías que jerarquizan culturas y personas. Se impone una visión de identidad nacional homogénea.
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Identidad cultural como totalidad cerrada, coherente y estable. Cada grupo era visto como aislado, con límites claros y prácticas propias.
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Identidad vinculada a roles sociales y estructuras. Se mantiene la idea de coherencia y permanencia cultural.
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Se rechaza la idea de identidades fijas. La identidad es vista como construcción discursiva y cambiante. Influencias del feminismo, estudios decoloniales y crítica cultural.
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Se reconoce la existencia de identidades fragmentadas e híbridas. Aparecen conceptos como hibridación, diáspora, transculturalidad. La identidad se vive como una negociación constante con el otro.
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Influencia de Judith Butler: la identidad se actúa (performatividad). Surgen enfoques interseccionales: género, raza, clase, sexualidad. Aparecen identidades digitales y fluidas, construidas online.