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Los diferentes pueblos que habitaban la península ibérica antes de la invasión de los romanos hablaban diversas lenguas, por ejemplo la vasca, la íbera, la celta, la tartesia, la fenicia y la ligur. Todas estas lenguas fueron desapareciendo, exceptuando el vasco, a medida que los romanos fueron imponiendo la suya, el latín.
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En el año 218 a. C. los romanos llegaron a España. Entonces empezo un proceso de romanización, La romanización fue un proceso historico mediante el cual los antiguos poblados hispanos se fueron incorporando a la cultura y la lengua latina. Al final del proceso Hispania pasó a formar parte del Imperio romano.
Desde el comienzo de la romanización conviven dos variedades de la lengua latina en distintos ámbitos: el latín clássico, la lengua de cultura y el latín vulgar, hablada por el pueblo. -
En el 409, las invasiones de pueblos germánicos tuvieron un papel determinante en la caída del Imperio romano. En este período, la península ibérica queda dividida del Imperio y las regiones en las que estaba separada permanecen aisladas. Esto izo que el latín vulgar evolucionara de distintas maneras en cada una de ellas. Así, empezaron a surgir variedades lingüísticas que serán el inicio de las diferentes lenguas romances.
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La invasión árabe de la península empezó en el 711. Fue una conquista rápida ya que en tan solo siete años los árabes conquirieron casi toda la península y al-Ándalus se convirtió en una realidad política y cultural. En está sociedad permanecen algunos grupos de hispanos cristianos que conservan su lengua romance, el mozárabe, y su religión. Esta era la lengua más hablada por la población a pesar de que el árabe era el idioma de la cultura.
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La población del norte de la península, que no había sido conquerida por los árabes, en muy poco tiempo, comenzaron a reconquistar la península en un avance de norte a sur. Mientras progresaban la península quedó dividida en 5 franjas, donde se hablaban distintas lenguas romance como: el gallegoportugués, el asturleonés, la castellana, el navarroaragonés y la catalana. El vasco mantuvo su enclave en el norte de la Península.