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Durante el S. VII a.C. experimentan los griegos su apogeo, esparciendo, así, su cultura (la cultura occidental, en general) e idioma.
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A finales del S. III a.C., se propaga el latín vulgar por toda España.
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Durante los SS. III y VI d.C., los bárbaros y germanos se romantizan en cultura e idioma.
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En algún punto del S. XII en el que reinaba S.M. Alfonso X de Castilla y León, se ordenó que el castellano/español sea la lengua oficial para los documentos notariales y de la Biblia en su reino, el reino de Castilla y León.
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Entre los SS. X al XV se habla el español o castellano medieval.
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En algún punto del siglo XIV surgen los tiempos compuestos con el fin de separar de "haber" el verbo "tener".
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Durante el S. XIV d.C., gran parte del territorio árabe es dominado por los castellanos.
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Durante los SS. XV y XVIII, se habló el español o castellano moderno (no es el que actualmente hablamos).
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S.M. Alfonso X de Castilla y León, mejor conocido a través de la historia como "el sabio", mandó a componer las grandes obras históricas, astronómicas y legales en romance y no en latín, dando, en el S. XVIII, la primer pauta para que el castellano sea la lengua oficial de su reino.
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En 1713 se funda la Real Academia Española en Madrid, España. Establecen que defenderían la lengua española, pues la castellana era su predecesora; en otras palabras, ellos dijeron que el castellano evolucionó al español y ya no es practicado actualmente. Este último punto genera una disputa pública (100% pacífica, solo era una diferencia de ideas) entre el pueblo español.
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Desde 1713 hasta la actualidad, se habla el español contemporáneo, mismo que ha ido evolucionando poco a poco (y lo sigue haciendo). El sentimiento castellano ha ido disminuyendo y en Latinoamérica se le conoce como "español de España", caracterizado por el típico seseo al hablarse. Esta etapa del español está a cargo de la RAE (Real Academia Española).
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En 1943, se publica "Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual de tres nombres." por Amado Alonso. Su objetivo era definir que el castellano y el español son lo mismo, ya que los españoles tenían problema con el español, se identificaban con el castellano. Del otro lado del mundo, los latinoamericanos no tenían problema con llamarse de alguna forma en específico; para ellos, ambos términos eran sinónimos, tal y como lo describía Amado Alonso.