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Smith consideraba que el trabajo de los artistas, igual que el de otros miembros respetables de la sociedad, era improductivo pues no generaba riqueza material.
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Hace una crítica a Marshall, por identificar los bienes económicos con bienes tangibles que producen bienestar a los consumidores. Menciona que también existen bienes intangibles que producen bienestar, como una ópera, un ballet, etc. Se presentan servicios como remunerar a los actores, vender entradas, utilidades al empresario, etc., aspectos no ajenos al análisis económico.
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Esta fue la obra que dio origen a la economía de la cultura como campo de aplicación de la ciencia económica reciente.
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Encontró una baja elasticidad ingreso, la cual explica por el alto costo de oportunidad de asistir al teatro (tiempo de desplazamiento, transporte, gasto en comida y pago por el cuidado de los hijos, etc), que lleva a buscar otras alternativas de consumo cultural.
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La asociación se crea en 1973, en 1993 cambia su nombre, desde 1979 a a fecha, se han realizado más de 15 conferencias internacionales sobre economía de la cultura.
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Primera compilación de artículos sobre la materia, las lecturas se centraban en la financiación y la justificación del apoyo público a las artes.
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Revista que cubrían los temas relativos a la naturaleza y características de los bienes y servicios culturales, y la financiación de las artes escénicas.
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Este centro de investigación da cuenta de la necesidad de contar con investigación y formación especializada del sector cultural en Latinoamérica y, en especial, en Argentina.
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Realizado en el Centro Nacional de las Artes (CENART) de la Ciudad de México. Se discutió y analizaron las experiencias sobre las metodologías de construcción de indicadores culturales, la importancia del diseño de estas herramientas para el diagnóstico del sector cultural y, por ende, del desarrollo de políticas públicas culturales, posibilitando un mejor desarrollo de la cultura.
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Ernesto Piedras realiza dicho estudio con la finalidad de tener información numérica que mostrara cuál es la aportación de las Industrias Protegidas por el Derecho de Autor al PIB mexicano.
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Se presenta en primera instancia dicha obra, y en la Cumbre se declara la cultura como el cuarto pilar de desarrollo sostenible, al lado del desarrollo sostenible, al lado del desarrollo económico, la inclusión social y el cuidado del medio ambiente, también se aprobó el documento de orientación política: "La cultura: el cuarto pilar de desarrollo sostenible."
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La UACM y la Academia de Arte y Patrimonio Cultural en colaboración con la Facultad de Economía de la UNAM comenzaron a trabajar las temáticas de la economía cultural. Surgiendo a partir de aquí, el libro Economía y Cultura.