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Fertilización: Comienza cuando un espermatozoide fertiliza un óvulo, formando una célula llamada cigoto. División Celular: El cigoto se divide rápidamente en varias células a medida que se desplaza por la trompa de Falopio hacia el útero.
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Formación del Blastocisto: Las células continúan dividiéndose y forman una estructura llamada blastocisto, que se implantará en la pared del útero. Implantación: El blastocisto se adhiere al revestimiento uterino, marcando el inicio del embarazo. Aquí comienza a formarse la placenta, que nutrirá al embrión.
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Formación de los Órganos Principales: Durante esta etapa, el embrión desarrolla sus órganos principales, como el corazón, el cerebro, la médula espinal y los pulmones.
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Desarrollo del Tubo Neural: Se forma el tubo neural, que se convertirá en el cerebro y la médula espinal.
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Diferenciación Celular: Las células comienzan a especializarse para formar diferentes tejidos y órganos.
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Desarrollo de la Placenta y el Cordón Umbilical: Estos se desarrollan para proporcionar nutrientes y oxígeno al embrión, así como para eliminar los desechos.
Vulnerabilidad a Teratógenos: En esta etapa, el embrión es particularmente sensible a factores externos, como drogas, alcohol, y radiaciones, que pueden causar malformaciones. -
Crecimiento y Maduración: El feto crece significativamente y sus órganos y sistemas continúan madurando y preparándose para la vida fuera del útero
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Movimiento Fetal: A partir de la semana 16-20, la madre puede comenzar a sentir los movimientos del feto.
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Desarrollo de Rasgos Distintivos: Los rasgos faciales, las extremidades, y otros detalles físicos se vuelven más definidos.
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Viabilidad: A partir de la semana 24, el feto tiene una posibilidad de sobrevivir fuera del útero con cuidados médicos, aunque es prematuro.
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Desarrollo Pulmonar y del Sistema Nervioso: En las últimas semanas, los pulmones y el cerebro del feto se desarrollan rápidamente para asegurar la supervivencia tras el nacimiento.
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Nacimiento exitoso.