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Mi tío compró un reloj, pero no un reloj cualquiera, un reloj de mano que se carga con le movimiento. Mientras se mueve, sigue midiendo el tiempo.
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Mi tío parece no acostumbrarse al peso del tiempo en su muñeca, y decide pasar su cuidado a su hermano, mi padre
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Por su cumpleaños, mi padre decide pasarle el reloj a mi hermano, quien lo ha admirado durante años
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El anciano reloj cae en manos del miembro más joven de la familia, mi pequeño sobrino de 1 año....que lo lanza al suelo sin piedad
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El reloj es llevado a cuidados intensivos, con la esperanza de poder ser recuperado
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El relojero ha obrado el milagro, la reliquia familiar vuelve a manos de su actual dueño, en perfecto estado, para seguir midiendo el tiempo de nuestra familia por más generaciones.