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Por ser una de las ciudades claves en Japón y en Asia. Donde las tradiciones de los siglos pasados se funden con la cultura urbana. Pasear, descubrir tesoros que comprar en Akihabara, descansar en un Maid Café, comer Sushi y soba (en un Kaiten-sushi) montar en un Jinrikisha y disfrutar de las maravillosas vistas y del ajetreo urbano.
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Peregrinaje al templo de Narita San y empaparme de una arquitectura majestuosa y un entorno espiritual. Probar los dulces y adquirir artesanías típicas. Visitar Kasukabe y pasar el día con Marta y Yoshi, amigos de la familia, mientras visito la ciudad de Shin Chan.
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Navegar hasta este curioso pueblo en medio del volcán, disfrutar de este enclave en este paraíso tropical. Hacer senderismo y probar las aguas termales, subir hasta el borde del cráter del volcán y visitar la planta de producción de sal.
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Disfrutar de la tranquilidad en Nyuto Onsen: los baños termales mixtos más exóticos de Japón contemplando la naturaleza colorida nipona. Probar el arroz kiritampo y las wankasoba. Caminar disfrutando los cerezos en flor bebiendo sake. Comprobar la gentileza y sencillez de sus locales y con suerte, toparme con algún festival.
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Disfrutar del paisaje del Monte Moiwa el atractivo ambiente y las vistas nocturnas. Visitar Sapporo Ekimae-dori underground y la antigua y tradicional casa del Shogun. Comer Kaisen Donburi y chocolate tras ver su famosa fábrica.
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Volar al sur para disfrutar de su clima y las aguas tropicales, incluso buceando si fuese posible. Visitar las formaciones volcánicas con formas misteriosas y degustar el Mizutaki y beber shochu. Fukuoka como punto clave disfrutando su vida nocturna en el barrio rojo y su castillo de día así como su famoso ramen y sentirme en una película en el parque Ohori.
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Visitar la antigua capital y la historia impregnada en sus rincones. Entrar en sus templos rodeados de paisajes de arce rojizo, incluso tener un momento espiritual o zen en Fushimi Inari-taisha, Kinkaku-ji, Ginkaku-ji o Kiyomizu-dera.
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Adentrarme en el mágico bosque de bambú como apasionada de la naturaleza y seguir descubriendo majestuosos templos como Byodo-in.
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Disfrutar del urbanismo y el frenesí de Kioto. Perderme por Gion, el famoso barrio de las geishas mientras cae el sol por sus calles estrechas y casas tradicionales de madera al estilo japonés. Cruzarme con una maiko o una geisha de camino a una casa de té. Como apasionada del té disfrutar de la ceremonia y reservar un espectáculo para ver este arte japonés en estado puro.