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Inicia mi etapa escolar con mucho entusiasmo y curiosidad. Me sentí a gusto con las profesoras y compañeras/os con quienes compartí es etapa, y considero aprendí lo suficiente en ese momento.
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Inicia mi etapa de primaria, donde descubro un nuevo mundo de convivencia y relaciones sociales con mis maestros/as y compañeros/as, con un modelo educativo tradicional y presente aun ciertas reglas rígidas en educación. Me dedico a tener logros importantes y comenzar a ser una alumna destacada.
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Continúa mi etapa escolar con secundaria, una de las mejores etapas y que recuerdo con cariño. Continúo siendo dedicada ser una alumna destacable, con gusto por los concursos educativos y participativa en todo tipo de eventos. Sigue el modelo educativo tradicional y procuro acoplarme al mismo. Descubro más habilidades, y fortalezas para materias de áreas de humanidades y ciencias sociales, pero no tanto para las áreas como matemáticas y química.
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Una etapa que recuerdo con gran alegría. Se refuerzan mi habilidades en mis relaciones sociales, de amistad y personales. Continúo manteniendo un buen promedio, pero se me complica nuevamente áreas de matemáticas y cálculo diferencial, aunque siempre aprobé, por la asesoría de compañeros a quienes también apoyaba con materias que se me facilitaban. El modelo de educación continúo siendo el tradicional, aunque consideraba poder aprender de múltiples formas, me acataba a la modalidad.
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Mi última etapa escolar, de las mejores de mi vida. Continúa siendo una alumna destacada, pero los surgen complicaciones de salud aunadas a la tensión de esta etapa por dificultades personales y familiares, pero logró culminar exitosamente. El modelo educativo lo considero flexible y más personalizado, ya que mi universidad contaba con dichas facilidades. Descubrí mis mayores habilidades y recursos personales, y al final terminé de manera adecuada y muy satisfecha esta etapa.