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YO NACI UN 17 DE FEBRERO DE 1988
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Recuerdo aun mi primer día en el preescolar, las profesoras nos querían convencer de quedarnos en las aulas con unos peluches, sin embargo había muchos niños y niñas llorando por sus mamás.
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En el preescolar fue el primer lugar donde me enseñaron a hacer honores a la bandera. Todas y todos debíamos prestar atención, estar calladas y callados mostrando respeto a nuestro lábaro patrio. Bien formados y con el uniforme.
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Había tres niños que eran malos con las niñas, ya que entre dos de ellos agarraban a una niña mientras que el tercero la besaba, daba impotencia no poder ayudarla ya que si lo hacíamos nos pasaba lo mismo que a ella y las profesoras no nos creían lo que hacían esos niños.
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Recuerdo aun a la profesora que tuve en el preescolar, era muy linda y muy bonita. No recuerdo que en algún momento me haya llamado la atención. Recuerdo que se hablaba de otra profesora que era muy estricta y regañaba a sus alumnos y alumnas, y los castigaba.
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En el preescolar solo tuve una amiga con la que hacía todo, jugábamos, íbamos al baño juntas, íbamos juntas a todas partes, ella además de ser mi amiga es mi prima. Lamentablemente nos tocó en grupos distintos.
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El preescolar fue una etapa muy especial para mi, no se sentía mucho la responsabilidad de las tareas, sin embargo siempre las entregué. Había un evento que hacían en mi escuela, acampábamos en el kínder, buscábamos el tesoro, pero yo encontré dos y me pidieron que compartiera uno con un compañero que no había encontrado ya que era uno para cada alumno y alumna. Así que tuve que hacerlo.
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En el preescolar siempre cantábamos una canción la cual nos enseñó que debíamos estar quietos, sin hacer ruido, ya nuestras cosas en la mochila, ordenados para poder salir y nuestros familiares ya nos estaban esperando para llevarnos a casa.
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Ya para la primaria eran nuevas reglas, si llegábamos tarde no nos dejaban entrar, o nos hacían esperar en la entrada hasta que terminaban los honores a la bandera para dejarnos entrar.
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Mi prima y yo seguimos siendo buenas amigas hasta la primaria, sin embargo se anexó una amiga más.
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Recuerdo a un profesor que cuando no le obedecíamos tenía un metro con el cual nos pegaba, o nos dejaba sin recreo si no hacíamos los trabajos o no entregábamos las tareas.
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Mi mamá siempre nos exigió entregarle buenas calificaciones, obedecer a los profesores, ella nos decía que debíamos estar en la escolta.
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Gracias a Dios que me permitió estar en la escolta de la primaria y poder cumplir con las expectativas de mi mamá.
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Ya para la secundaria nos exigían más, sin embargo, ponían mucho énfasis en portar el uniforme completo o si no no nos dejaban entrar y nos regresaban a nuestras casas.
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Recuerdo que en la secundaria tenía baja mi autoestima porque era muy muy delgada. No me gustaban los días martes y jueves porque teníamos que llevar el pants y algunas veces nos hacían usar el short cuando practicábamos algún deporte y yo tenía las piernas muy delgadas y me daba pena.
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Además de que no me gustaba usar el short por mis piernas delgadas, no era buena en ningún deporte y mis amigas si. Sin embargo, eso no me impidió poder divertirme cuando llegábamos a jugar, sobre todo si era si las reglas de cada deporte.
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En la secundaria también tuve la oportunidad de quedar en la escolta y en esta ocasión de abanderada.
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Lo que más recuerdo en el bachillerato fue que me costó mucho pasar la materia de matemáticas en cada semestre, ya que, en la secundaria no tuvimos un profesor que nos aportara las bases para poder entender bien esa materia. Pasó lo mismo con la materia de física.
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Mi mamá era muy estricta en cuanto a tener novio, motivo por el cual lo tuve hasta que fui al bachillerato, sin embargo, fue a escondidas de mi mamá.
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Aunque mi época en el bachillerato fue algo difícil también puedo decir que fue la mejor en mi juventud, tuve las mejores amigas en ese entonces, salí de mi pueblo ya que la escuela se encontraba cerca de la cabecera municipal, tuve a mi primer amor platónico. Realmente cuando salí desea mucho poder regresar, lamentablemente ya no se podía y en ese entonces tuve que elegir una carrera para seguir estudiando.
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Ya para la universidad tuve que salir a rentar a otro municipio alejado de mi hogar, lo cual me ayudó a hacerme un poco independiente de mi familia. Sin embargo para esto tuve que perder dos años de escuela ya que quería estudiar una carrera en el área de sociales y humanidades y yo estudié físico matemático en el bachillerato y me fue necesario revalidar materias.
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Nuevamente en la universidad fuimos tres mejores amigas. Pasamos muchos momentos muy agradables y graciosos. Me fue fácil adaptarme a vivir lejos de mi familia con su ayuda y apoyo.
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Mis papás en reconocimiento a mi esfuerzo quisieron regalarme un viaje a las hermosas playas del Estado de Oaxaca.
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En la universidad pude tener nuevamente buenas calificaciones, las cuales me ayudaron a poder titularme por promedio. El método de enseñanza en la universidad es más autodidacta, nada que ver con la primaria en donde aun me tocaron golpes de algunos profesores.
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Por fin después de tantos años de esfuerzo y dedicación por parte de mis padres y mía puedo graduarme, sin embargo, tuve que esperar algún tiempo para poder recibir mi título y mi cédula, pero bien valió la pena tanto esfuerzo.