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Cuando tenía un año, me dormía en mi cuna, lloraba por mi biberón, y gateaba por toda la casa.
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Cuando tenía dos años, gritaba cuando estaba enojada, caminaba poquito, y comía mucho.
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Cuando tenía tres años, hablaba mucho, me despertaba a la tres de la mañana, y me encochinaba la ropa.
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Cuando tenía cuatro años, corría en el patio de recreo, bailaba con mucha energía, y cionaba osos de peluche.
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Cuando tenía cinco años, dicía mentiras, coloreaba, y rompía los muñecos de mi hermano.
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Cuando tenía seis años, nadaba cuando hacía calor, cantaba horrible, y llegaba tarde a la escuela.
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Cuando tenía siete años, montaba en bicicleta, escondía mis juguetes, y compraba dulces.
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Cuando tenía ocho años, jugaba con mis muñecas, miraba las nubes, y saltaba a la cuerda.
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Cuando tenía nueve años, molestaba a mi hermano, era desordenada, y dibujaba animales.
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Cuando tenía dies anos, veía la tele, escribía cuentos graciosos, y patinaba rápido.
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Cuando tenía once años, pasaba tiempo con amigos, pleaba con mi hermana, y lavaba los trastes.
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Cuando tenía doce años, usaba la computadora, cuidaba a mi perro, y le daba de comer.
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Cuando tenía trece años, hacía mucha tarea, estudiaba hasta que eran las dos de la mañana, y me despertaba a las seis de la mañana.
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Cuando tenía catorce años, leía revistas cuando estaba aburrida, iba a restaurantes, y escuchaba música.
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