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En Mesopotamia se desarrolló la agricultura, lo que permitió una mayor estabilidad en la alimentación y el surgimiento de sociedades más complejas. En Egipto, el cultivo de cereales y la domesticación de animales como el buey y el cordero. En la Antigua Grecia, la dieta se basaba en pan, vino y aceite de oliva.
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Los primeros homínidos se alimentaban de frutas, hojas y raíces recolectadas en su entorno.
Con el paso del tiempo, aprendieron a cazar y pescar, lo que les permitió obtener proteínas y grasas. -
La dieta medieval se basaba en pan, carne y cerveza, pero también se consumían verduras, frutas y legumbres.
En las cortes europeas, la alimentación se convirtió en un símbolo de estatus social, y se consumían alimentos exóticos como especias, frutas secas y carne de caza. -
La llegada de los europeos a América permitió la introducción de nuevos alimentos en Europa, como el maíz, la papa y el tomate.
La Revolución Industrial produjo un cambio en la forma en que se producían y consumían los alimentos, lo que permitió una mayor disponibilidad y variedad de alimentos, pero también dio lugar a problemas de salud relacionados con la dieta. -
En el siglo XIX, se desarrollaron las primeras dietas terapéuticas para tratar enfermedades como la diabetes y la obesidad.
En la actualidad, existe una mayor conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable y equilibrada, y se están desarrollando nuevas tecnologías para producir alimentos de manera más sostenible.