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Barnard introdujo la importancia del comportamiento organizacional y la teoría de la decisión en la administración. Su trabajo ayudó a las organizaciones a entender mejor cómo las decisiones y las funciones de los ejecutivos afectan la eficiencia y efectividad de la organización.
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La RAND Corporation comenzó a aplicar técnicas de investigación operativa y análisis de sistemas para la planificación estratégica en contextos militares y civiles. Esto sentó las bases para el uso de enfoques científicos y cuantitativos en la formulación de estrategias empresariales.
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Drucker introdujo el concepto de administración por objetivos (MBO), que fue adoptado por muchas organizaciones para establecer metas claras y medibles. Este enfoque permitió a las empresas alinear sus objetivos estratégicos con las actividades operativas, mejorando así la eficacia organizacional.
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Chandler demostró cómo la estructura organizativa debe adaptarse a la estrategia empresarial. Su trabajo llevó a muchas empresas a reconfigurar sus estructuras internas para alinearlas mejor con sus estrategias de crecimiento y diversificación.
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Esta conferencia estableció un enfoque académico formal para la administración estratégica, promoviendo la investigación y la enseñanza de la estrategia empresarial. Esto ayudó a profesionalizar el campo y a integrar la teoría estratégica en la práctica empresarial.
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Porter desarrolló el modelo de las cinco fuerzas competitivas y las estrategias genéricas, que se convirtieron en herramientas esenciales para el análisis estratégico. Las empresas utilizaron estos conceptos para evaluar su posición en el mercado y formular estrategias competitivas efectivas.
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Hamel y Prahalad introdujeron el concepto de competencias centrales, que ayudó a las empresas a identificar y desarrollar sus capacidades distintivas. Este enfoque permitió a las empresas centrarse en lo que hacían mejor para lograr una ventaja competitiva sostenible.
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El Modelo Delta ofreció un enfoque más amplio y dinámico en la formulación de estrategias, enfatizando la importancia de la relación con los clientes y la reconfiguración estratégica. Las empresas utilizaron este modelo para adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y mejorar su posición competitiva.
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La teoría de Christensen se centró en cómo las empresas pueden utilizar innovaciones disruptivas para transformar los mercados existentes. Muchas empresas adoptaron esta teoría para identificar oportunidades de innovación y evitar ser superadas por nuevos competidores disruptivos.
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Las empresas comenzaron a integrar big data y análisis avanzados en sus procesos estratégicos para tomar decisiones basadas en datos. Esto permitió una mayor precisión en la planificación estratégica y la capacidad de anticipar y responder rápidamente a los cambios del mercado.
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La adopción de IA en la administración estratégica ha permitido a las empresas automatizar el análisis de grandes volúmenes de datos, identificar patrones y tendencias, y hacer predicciones más precisas. Esto ha mejorado la capacidad de las organizaciones para tomar decisiones estratégicas informadas y en tiempo real, aumentando su agilidad y competitividad en el mercado.