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El territorio estaba habitado por diversos pueblos con lenguas diferentes: vascos, iberos, fenicios, celtas, ligures. La romanización y la implantación del latín en la Península supusieron la desaparición de todos esos idiomas, con la excepción del euskera.
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Los visigodos adoptaron la lengua y la cultura de los vencidos, aunque contribuyeron a acelerar la evolución del latín y a romper la unidad idiomática de la Península. -
Se extendieron por toda la Península excepto algunos núcleos cristianos del norte que se resistieron al dominio musulmán (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y valles pirenaicos). Desde esos núcleos de resistencia se inició la Reconquista. -
Durante esos ocho siglos se formaron diversos reinos cristianos, en los que el latín evolucionó de manera diferente. Hasta el siglo XI, los dialectos románicos peninsulares (el gallego, el asturleonés, el castellano, el navarroaragonés y el catalán) adquirieron formas independientes y propias, sin predominio de ninguno sobre los demás.