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Siglo XVIII – Origen del género gótico En 1764, Horace Walpole publica El castillo de Otranto, considerada la primera novela gótica. Este género mezcla lo sobrenatural con escenarios sombríos y emociones intensas, sentando las bases para obras como Drácula
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Inicia la tradición de la literatura gótica y científica que influye en Stoker.
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John Polidori escribe The Vampyre, introduciendo al vampiro aristocrático Lord Ruthven. Esta figura inspiraría a Stoker a crear un vampiro seductor y aterrador
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Surge una sociedad obsesionada con la moral, el orden y el progreso científico.
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Aparecen Varney el vampiro y Carmilla, dos obras que influyen directamente en la estética y simbolismo del vampiro en Drácula
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En Dublín, Irlanda, en una sociedad marcada por el conflicto entre tradición celta y modernidad británica. Su formación y trabajo como crítico teatral lo expusieron a debates culturales y filosóficos de la época.
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Genera crisis de fe y temor a la degeneración humana, reflejado en el monstruo vampírico.
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El Conde Drácula representa el “otro” invasor que amenaza la civilización británica.
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La novela mezcla ciencia y superstición, reflejando el interés por lo paranormal.
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Mina Harker encarna una mujer educada y activa, pero aún atrapada en roles tradicionales.
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Drácula como símbolo del extranjero que corrompe la pureza inglesa.
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El vampiro como metáfora del deseo reprimido y la transgresión sexual.
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El vampiro representa la amenaza de culturas “inferiores” que desafían el orden imperial.
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En plena efervescencia de la literatura gótica y de horror. La obra mezcla cartas, diarios y recortes de periódico, reflejando la obsesión moderna por la documentación y el control
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Finales del siglo XIX: Gran Bretaña vive una época de expansión imperial, avances científicos y tensiones sociales. La novela se publica en 1897, en plena efervescencia de los miedos victorianos: decadencia moral, sexualidad reprimida y temor al “otro” extranjero
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Stoker, irlandés, escribe desde una perspectiva ambigua sobre el poder británico.
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Una de las adaptaciones más famosas de la novela, a pesar de no ser autorizada, también es el primer rostro vampírico que apareció en pantalla, estoy hablando de Nosferatu, eine Symphonie des Grauens (1922) dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau.