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La separación de mis padres fue un golpe duro para mí. Ahora mi mamá estaba a cargo de mí en todos los aspectos. Mi papá sólo me apoyó en mi educación y trató de estar presente lo más posible. -
Cuando mi hermano entró a la secundaria se volvió más independiente. Salía solo, con sus amigos, casi no estaba en casa, por lo tanto ya no éramos tan unidos y hasta la fecha seguimos así. -
Toda mi familia es creyente del evangelio cristiano. Cuando cumplí 14 años empecé a relacionarme y a servir de manera consiente en la iglesia a la que llegué desde muy pequeña. Las personas con las que me relacioné y todo lo que aprendí me encaminaron en gran parte a la persona, hija y profesionista que soy hoy en día. Fue una de las etapas que más me gustaron en mi vida porque me gustaba mucho aprender, servir en la iglesia y convivir con todas mis amigas y amigos que hasta la fecha conservo. -
Antes de cumplir 18 años quise visitar a mis tíos en Tijauna. Me fui de viaje sola contra todas las opiniones y desacuerdos de mis padres y mi familia, auq a fin de cuentas terminaron aceptando. A partir de ahí me volví más viajera e independiente en mi vida personal. -
Cuando entré a la universidad me dediqué más a mis estudios. Mi papá dejó de apoyarme por cuestiones económicas y mi mamá fue la que se hizo cargo de mí en todos los aspectos. Aunque la escuela me demandaba mucho tiempo, intentaba estar con mi familia y frecuentar a mi papá. -
Cuando salí de la universidad sentí que debía hacerme responsable de mí misma completamente. Busqué trabajo y, aunque sigo viviendo en casa de mi madre, ya me hago cargo de mí en todos los aspectos. Intento llevar una buena relación con mi mamá, con mi papá, con mi familia y amistades.