-
Soy una tabla de segunda mano que fui comprada por el padre de Jon cuando tenia 18 años. Conmigo aprendieron a surfear los sobrinos del padre de Jon y el propio Jon.
-
Los primeros baños que nos dimos mi dueño y yo fueron en la playa de La Salvaje en Sopelana, y disfrute mucho junto a él. Fueron unos años de aprendizaje y perfeccionamiento en los que me sentí muy orgulloso de mi dueño.
-
Fue durante un caluroso mes de agosto, en las playas de Noja, cuando mi dueño decidió enseñar a surfear a sus sobrinos. Fueron días divertidos para ellos y en los que forjaron su afición por el surf. A día de hoy, sus sobrinos siguen practicando surf.
-
Cuando su hijo tenía 8 años, mi dueño decidió que era la hora de enseñar a su hijo a surfear. Fue un largo camino de aprendizaje que se perfeccionó con el paso de los años.
-
Este fue un día triste para mí, pues había llegado el día en que iba a cambiar de dueño. Mi dueño tomó la decisión de darle a su hijo una de sus posesiones más preciadas: su tabla de surf. Aunque fue un día triste para mí, mi nuevo dueño me ha dado todo el cariño que necesitaba y me ha dado la importancia que me otorgaba su padre.