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El Padre Jesús Mendoza promueve la integración de la metodología GAM a las actividades de las parroquias de la Arquidiócesis de Acapulco pues se había identificado la necesidad de dar un acompañamiento integral a víctimas de violencia.
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Se propone la selección de facilitadoras para capacitarse en la metodología para acompañar grupos de apoyo a mujeres afectadas por la violencia diseñada en Ecuador, aprovechando el taller réplica en la República Dominicana
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Se capacita a una facilitadora mexicana para poder aplicar la metodología, lo que permite contar con lo mínimo necesario para empezar los grupos.
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Participación de tres representantes de la iglesia mexicana al taller de "Metodología para acompañar grupos de apoyo de mujeres afectadas por la violencia" en República Dominicana del 6 al 11 de julio. Jimena Esquivel de Caritas Mexicana, Sanjuana Rodriguez de la Diócesis de Matehuala en San Luis Potosí y Sagrario Cristerna Montufar de la Arquidiócesis de Acapulco, Guerrero.
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Se invita a un grupo de mujeres colaboradoras de Cáritas para tomar la capacitación. Esto marca el inicio de la operación formal en México, y de la comunidad de facilitadoras del GAM.
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Debido a quebrantos de salud el Padre Jesús Mendoza debe dejar la iniciativa.
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El Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (PRONAPRED) da un apoyo económico que permite dar un sueldo fijo a las facilitadoras y presupuesto para materiales lo cual permitió un mayor acercamiento con las beneficiaras. La relación fue impulsada por el coordinador de los proyectos de construcción de paz de Cáritas Acapulco, Tomás Perulero.
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Esta capacitación contó con 10 participantes. Dos de ellas, luego, serían quienes replicarían el taller con otras voluntarias en Tecpan.
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Se termina el apoyo económico del PRONAPRED debido a que esta institución solicitaba un mínimo de usuarios beneficiados, cantidad a la que no se llegó debido a las características del proceso del GAM. Esto vulnero la sostenibilidad del proyecto.
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Se le propuso al director del Centro Regional de Reinserción Social (CERESO) la creación de un grupo GAM para las mujeres que residen ahí. Fue un paso importante, pues aumentó la confianza en crear grupos en espacios no relacionados con la Iglesia.
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Con el apoyo de CRS se realiza una visita de facilitadoras de República Dominicana, lo cual fortalece los vínculos regionales. Además de ello, CRS ofrece suficientes recursos para contratar a dos facilitadoras y aumenta su relación con el GAM de manera formal. El trabajo de República Dominicana ayuda a difundir y revalidad la formalidad de la metodología.
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Con la participación de Altagracia Suriel, Birma Gómez y Solange Alvarado, representantes del gobierno de la República Dominicana implementadoras de la metodología GAM
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Participan académicos, organizaciones de la sociedad civil y instancias del gobierno del estado de Guerrero.
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El trabajo en Michoacán representa la primera replica de la metodología fuera de Guerrero. Además, es importante destacar que esta capacitación es dentro de una comunidad indígena.
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Al igual que la capacitación de facilitadoras en Cherán, el trabajo en Apatzingán permitió continuar ampliando el impacto de GAM
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Implementado por las facilitadoras de la Arquidiócesis de Acapulco bajo la supervisión de Elizabeth Espinal de República Dominicana, con participación del CÍAS, Arquidiócesis de Morelia, Diócesis de Zamora y Diócesis de Apatzingán.
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Se crean grupos en Cherán y Tangancícuaro en Michoacán.
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Se inició la capacitación en la metodología GAM.
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Esta capacitación dan paso a la creación de capacidades para la replica de GAM en Michoacan, asegurando el éxito que ya se había obtenido.
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Se pone en práctica la metodología. De acuerdo con los usos y costumbres locales, y tomando en cuenta el contexto de las comunidades indígenas, se cambió el nombre de los grupos a "Círculo de Mujeres".
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Se capacito a las facilitadoras de Acapulco para que pudieran ser Mentoras. Es decir, se formalizó el proceso de capacitación con el fin de aumentar la independencia de las facilitadoras, lo cual permitió la replicablididad del GAM pues las facilitadoras estuvieron más preparadas para acompañar grupos.
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Se promovió la creación de GAM dirigido a muchachas de secundaria, incorporando el contenido a las materias y adaptando la metodología al programa escolar. Esto en conjunto como la capacitación de profesoras y otro personal femenino de la escuela dio resultados positivos pues se convirtió en un espacio seguro, y ademas tuvo incidencia en el número de alumnas matriculadas en años posteriores.
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Con la capacitación a facilitadoras en seis parroquias y a las voluntarias del Centro de Escucha se inicia el proceso en un nuevo Estado.
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Con base a la experiencia adquirida durante los años que ha funcionado el proyecto se ampliaron el alcance temático de la metodología. Originalmente esta se centraba en las mujeres, pero se incluyeron herramientas para trabajar con otros actores claves como padres, madres, hijos e hijas, esposos, etc. Además de la ampliación del alcance temático de la metodología, se integró el requisito de la certificación.
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Se inicia el primer GAM con la facilitación de una de las voluntarias del Centro de Escucha que había recibido la capacitación en septiembre del 2018.
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Acuden Leonor Cruz y Fabiola Falconi.
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Se inicia el segundo grupo en el Estado. Se incorpora la perspectiva y herramientas social en acompañamiento del enfoque personal que provee el acompañamiento del Centro de Escucha.
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La metodología se volvió a aplicar con muchachas de edad escolar, con resultados positivos. Sin embargo, el proceso se vio interrumpido por la pandemia de COVID-19.
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Se inicia la capacitación de facilitadoras en Córdoba, Veracruz. Esto marca el inicio del trabajo en un nuevo Estado.
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Capacitación a las facilitadoras de la Diócesis de Tehuantepec, Oaxaca.
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Se inicia un programa piloto de capacitación con las coordinadoras del Centro de Escucha, llevado acabo por las facilitadoras capacitadas en septiembre, a nivel diocesano. Sin embargo, el programa piloto fracasó pues por un lado, el programa anual del Centro de Escucha dificulta la inserción de una nueva metodología, y por el otro las participantes tuvieron problemas para pasar de ser coordinadoras (quienes brindan ayuda) a ser beneficiaras (quienes reciben ayuda) de un programa.
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Se inicia, en conjunto con la la Pastoral Social de Córdoba, un grupo GAM. Se identificó que la mitad de las beneficiaras también habían sido parte del Centro de Escucha y Acompañamiento a Víctimas de Violencia, y que la otra mitad se incorporó tanto al GAM como al Centro de Escucha
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El grupo GAM de Tapalapa es el primero en una comunidad indígena del Estado; fue necesario adecuar la metodología a las tradiciones de la comunidad Zoque. Fue clave para su implementación la participación del sacerdote local pues era un figura de confianza; y posteriormente los vínculos generados por la experiencia GAM.
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Se amplía el alcance territorial del GAM.
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Se inicia el segundo grupo en Coita, en Ocozocoautla, nuevamente con el apoyo del Centro de Escucha. Este grupo se inicial al observar el impacto positivo que había tenido el trabajo con el primer GAM.
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Se inicia el proceso de conformación de GAM en Costa Chica. El grupo asegura su sostenibilidad con el compromiso de los padres quienes aportan espacios y materiales. El grupo de Costa Chica es un paso importane porque permitió aumentar las capacidades de replicabilidad de la metodología, y además permite trabajar y aproximarse a las necesidades de comunidades indígenas.
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