Don quijote   primera salida

CRONOLOGÍA DE LAS HAZAÑAS Y AVENTURAS DEL HIDALGO Y CABALLERO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

  • PRIMERA SALIDA DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA

    PRIMERA SALIDA DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA
    Tras una minuciosa descripción de la forma de vida, vestuario, costumbres y armas, don Quijote emprende su primera salida
  • Don Quijote es armado caballero (Primera parte - cap. III)

    Don Quijote es armado caballero (Primera parte - cap. III)
    Habiendo llegado a una venta, después de la cena ​y dando por sentada la alta alcurnia que le ha otorgado, en su fantasía, al posadero, don Quijote le pide ser armado caballero y que le permita velar armas en su capilla. El ventero, sospechando la escasa cordura de su huésped, se presta a la mascarada, explicándole que la capilla está en ruinas, pero que podía velarlas en uno de los patios del «castillo».
  • El muchacho Andrés (cap. IV)

    El muchacho Andrés (cap. IV)
    Don Quijote reconoce a un muchacho al que había encontrado atado a una encina y azotado por su amo. Don Quijote le mandó desatarlo y jurar que le pagaría. Andrés replicó que todo aquello era cierto, pero que no sólo no le pagó, sino que, al marcharse don Quijote, lo volvió a atar y a azotar, y que todo había sideo culpa suya, pues de no haber interferido, a su amo le habrían bastado una docena de azotes y luego le hubiera pagado.
  • SEGUNDA SALIDA DE DON QUIJOTE

    SEGUNDA SALIDA DE DON QUIJOTE
    Mientras don Quijote convalecía en su lecho, su ama, su sobrina, el cura y el barbero habían prendido fuego a los libros de caballerías y tapiado su biblioteca. Una vez repuesto, persuadió a un tosco vecino suyo, Sancho Panza, para que lo acompañaraen sus aventuras.
  • Los molinos de viento (cap. VIII)

    Los molinos de viento (cap. VIII)
    Divisando unos molinos de viento, don Quijote cree que son gigantes. Sancho intenta disuadirlo, pero él insiste y sale al galope. El viento acciona las aspas justo cuando acababa de hundir su lanza en una de ellas. La lanza se rompe y don Quijote y Rocinante vuelan por los aires. Don Quijote está convencido de que quien convirtió a los gigantes en molinos fue el encantador Frestón, para que no pudiera disfrutar de la victoria.
  • Los frailes de San Benito (cap. VIII)

    Los frailes de San Benito (cap. VIII)
    Divisando a dos frailes y un coche con cuatro o cinco hombres a caballo y dos mozos a pie, en el que viajaba una señora vizcaína que se dirigía a Sevilla, Don Quijote confundió a los frailes con encantadores que habían secuestrado a una princesa, arremetiendo contra ellos. Uno escapó, y el otro cayó al suelo. Mientras Sancho intentaba despojarlo de hábito y pertenencias, los mozos lo molieron a palos.
  • El vizcaíno (cap. VIII)

    El vizcaíno (cap. VIII)
    Cuando don Quijote pide a la señora que viaja en el coche que vuelva al Toboso para relatar su liberación a su amada Dulcinea, el escudero vizcaíno de la dama media en la conversación, y tras una breve discusión con don Quijote, ambos entablan un fiero combate, del que saldrá victorioso, urgiendo al vizcaíno a que sea él quien acuda al Toboso.
  • El entierro de Grisóstomo (cap. XIII)

    El entierro de Grisóstomo (cap. XIII)
    Grisóstomo era un hidalgo rico que un día empezó a vestirse de pastor, pues estaba enamorado de una pastora llamada Marcela y de gran belleza. Se rumoreaba que había muerto de mal de amores. Al pie de la montaña estaban otros pastores con el cuerpo de Grisóstomo. Su amigo empezó a elogiarlo, mencionando unos escritos en los que Grisóstomo hablaba de su amor por Marcela y que era su deseo que fueran quemados. Pero un caballero, Vivaldo, quiso rescatarlos como prueba de la crueldad de Marcela.
  • Los yangüeses (cap. XV)

    Los yangüeses (cap. XV)
    Llegando a un prado, se sentaron a comer, dejando libres a Rocinante y al rucio. No lejos, había unas yeguas de unos arrieros gallegos. Rocinante se acercó a ellas, y los arrieros, al ver que molestaba a sus yeguas, le dieron tal sarta de palos que lo dejaron en el suelo. Al verlo, don Quijote golpeó a uno de los arrieros. Pero eran más de veinte, y al verlos a los dos solos, cogieron sus estacas y los dejaron molidos junto a Rocinante.
  • El bálsamo de Fierabrás (cap. XVII)

    El bálsamo de Fierabrás (cap. XVII)
    En una venta, don Quijote y Sancho hablaban de la paliza que les habían dado. Entró el ventero para interesarse por su estado, encontrándolo despierto. Tras un breve incidente, pidió a Sancho que le trajese sal, aceite, vino y romero para elaborar el Bálsamo de Fierabrás. Tras cocer los los ingredientes, se lo dio a beber a don Quijote, provocándole un fuerte vómito. Tras dormir más de tres horas, se levantó muy aliviado.
  • Los rebaños de ovejas (cap. XVIII)

    Los rebaños de ovejas (cap. XVIII)
    Saliendo de la venta, vieron en el camino la polvareda de dos rebaños de ovejas. Don Quijote dijo que eran dos ejercitos que luchaban: Alifanfarón, un pagano enamorado de la hija de Pentapolin, que era cristiano. Para ayudarlo, mató a varias ovejas. Pero una pedrada lo apeó del caballo. Los pastores lo dieron por muerto. Don Quijote le dijo a Sancho que la culpa de lo sucedido era del sabio que estaba irritado con él y que había convertido los ejércitos en rebaños de ovejas.
  • Los batanes (cap. XX)

    Los batanes (cap. XX)
    Una noche escucharon unos extraños ruidos. Don Quijote creía que aquella aventura sería peligrosa, de manera que le dijo a su escudero que si muriese fuera al Toboso para informar a su amada Dulcinea acerca de su valentía. Después de una artimaña de Sancho para que su amo esperase hasta el amanecer, se aproximaron al lugar, descubriendo que eran unos batanes. Don Quijote se sintió avergonzado y Sancho se rió burlándose de él, quien le propinó sendos golpes con la lanza.
  • Liberación de los galeotes (cap. XXII)

    Liberación de los galeotes (cap. XXII)
    Don Quijote se acercó a unos presos escoltados. Preguntó a los guardias cuál era la causa y los galeotes le respondieron. Le pareció injusto y dijo que los liberaran. Los guardias se negaron. Don Quijote los atacó y los presos rompieron las cadenas. Al huir los guardias, les dijo que se presentaran ante Dulcinea. Uno le respondió que no, pues la Santa Hermandad los descubriría. Don Quijote se enojó, pero ellos se burlaron y lo apedrearon.
  • Cardenio y Dorotea (cap. XXIV)

    Cardenio y Dorotea (cap. XXIV)
    Cardenio, que vivia en un bosque, contó a don Quijote y Sanchoque Lucinda y él estaban enamorados y querían casarse, pero que tuvo que marcharse. Su amigo Fernando lo aprovechó para llevársela, aunque ya se había acostado con Dorotea, una labradora del pueblo. Cuando Cardenio, Dorotea, don Quijote y Sancho llegaron a la venta encontraron a Lucinda, Lucinda pudo volver con Cardenio, y Don Fernando se quedó con Dorotea.
  • La penitencia de don Quijote (cap. XXVI)

    La penitencia de don Quijote (cap. XXVI)
    Don Quijote y Sancho se adentraron en Sierra Morena. Quería imitar a otros grandes caballeros haciendo una penitencia por el amor de Dulcinea. Al llegar al lugar elegido, le contó a Sancho que escribiría una carta a su amada para que se la llevara. Una vez escrita, dijo a Sancho que, antes de partir, tenía que verlo haciendo una locura para que pudiera contar a todos las dimensiones de la penitencia de su amo. Fue así cómo Sancho pudo contemplarlo en cueros y haciendo volteretas.
  • La princesa Micomicona (XXX)

    La princesa Micomicona (XXX)
    Don Quijote pidió a Dorotea que le contara lo sucedido. Ella, fingiendo que era la princesa Micomicona del reino Micomicón, ideó con ayuda del cura la historia de un gigante que amenazaba su reino Dijo también que era hija huérfana, ya que su madre y su padre murieron dejándola sola a cargo del reino. Finalmente, la Dorotea dijo que si todo salía bien y que si don Quijote cumplía con el don que le había concedido, tal vez pudiera ser su esposo y, por lo tanto, el nuevo rey de Micomicón.
  • En la venta con Luscinda y don Fernando (cap. XXXVI)

    En la venta con Luscinda y don Fernando (cap. XXXVI)
    Llegaron a la venta unos caballeros con una mujer. El cura preguntó a un mozo quiénes eran. No lo sabían, pero les habían pagado bien por acompañarlos. El cura le preguntó quién era la mujer, y el mozo sólo le dijo que la oía suspirar y gemir. Resultó que era Luscinda, que entabló una conversación con Cardenio. Además de Luscinda, don Fernando también dio con ellos, asombrándose de cómo sus historias habían vonverdido en aquella venta.
  • Pendencia con el cabrero (cap. LII)

    Pendencia con el cabrero (cap. LII)
    Don Quijote tuvo un inesperado encuentro con un cabrero, quien lo insultó y criticó los libros de caballerías, enzarzándose en tal riña que el cura, Sancho y el barbero tuvieron que intervenir para evitar males mayores.
  • TERCERA Y ÚLTIMA SALIDA DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA

    TERCERA Y ÚLTIMA SALIDA DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA
    Una noche, don Quijote esperó a que todos durmieran, se puso la armadura, tomó su lanza, espada y escudo, montó en Rocinante y salió de casa. Sancho también esperó a que todos durmieran. Montó en rucio y se reunió con su amo. Se encontraron con Sansón Carrasco, que les deseó buena suerte. Tras hablar con el cura y el barbero para ultimar el plan, Carrasco se puso una armadura, cogió un caballo y salió en busca de don Quijote para desafiarlo y derrotarlo.
  • Las Cortes de la Muerte (cap. XI)

    Las Cortes de la Muerte (cap. XI)
    De camino, don Quijote encontró a unos comediantes vestidos con los disfraces de sus personajes que, en su imaginación, creyó que eran diablos, confundiendo asimismo la carreta en la que viajaban con un objeto misterioso. Les pregunta quiénes son y a donde van. Le responden que son actores y que no se han cambiado el ropaje porque actuarán muy cerca de allí. Finalmente, don Quijote concluye que conviene comprobarlo todo antes de emitir un juicio.
  • El Caballero del Bosque (cap. XII)

    El Caballero del Bosque (cap. XII)
    Hablando de aventuras con el Caballero de los Espejos (Sansón Carrasco), éste dijo haber vencido a un tal don Quijote de la Mancha. Al negarlo, lo retó en combate. Don Quijote aceptó. Pero el caballo del caballero no era rápido, y don Quijote lo derribó y, al levantarle la visera, vio que era el bachiller (creía que un hechicero lo había transformado). Tras confesar que Dulcinea era más bella que Casildea de Valdavia, lo dejó libre. Sansón Carrasco volvió a la aldea triste y enojado.
  • Los leones (cap. XVIi)

    Los leones (cap. XVIi)
    Viendo un carro tirado por mulas, don Quijote lo paró y preguntó qué llevaban. Dos leones muy fieros, dijeron. Don Quijote no temía a los leones y pidió que los liberaran para luchar con ellos. Al verlo tan decidido, abrió la puerta, pero el león no salió; volvió a la jaula y se durmió. Don Quijote pidió al hombre que lo hiciera enfadar para que saliese, pero se negó, siguiendo su camino. Luego dijo a Sancho, que se había alejado, que había vencido a los leones.
  • Las bodas de Camacho (cap. XX)

    Las bodas de Camacho (cap. XX)
    En las bodas de Camacho con Quiteria todos esperaban la reacción de Basilio, enamorado de ella y al que ella correspondía, aunque su padre no aceptaba por su poco dinero. Llegados los novios, apareció Basilio y dijo que si Quiteria no se podía casar con él, se mataría, y se clavó una espada. El cura fue a confesarlo, pero dijo que no lo haría sin casarse con ella. Aceptaron, pero una vez casados, se levantó. Había sido un truco. Todos querían anular la boda, pero Quiteria se negó.
  • La cueva de Montesinos (cap. XXII)

    La cueva de Montesinos (cap. XXII)
    Bajando a la cueva de Montesinos con una cuerda, don Quijote cayó en un profundo sueño. Despertó en un prado verde junto a un anciano, el dueño del castillo de cristal. Allí vivían muchos caballeros andantes, y también Dulcinea. Le contó que todos los caballeros estaban encantados por el mago Merlín, y que él podía salvarlos del hechizo. Volvió a despertar cuando Sancho y el humanista lo estaba sacudiendo. Más tarde intentó explicarles el sueño, pero no le creyeron.
  • El rebuzno (cap. XXV)

    El rebuzno (cap. XXV)
    En la venta, don Quijote contó lo que le había ocurrido al alcalde de un pueblo vecino. Había perdido su asno, y otro alcaldes dijo haberlo visto en el bosque, pero que era imposible atraparlo. Decidieron ir los dos y ponerse a rebuznar para ver si jumento respondía. Pero al estar ambos rebuznando, cada uno escuchaba los gritos del otro, creyendo que era el asno, encontrándose de nuevo. Al final, encontraron el esqueleto del asno devorado por los lobos.
  • Maese Pedro el titiritero (cap. XXVI)

    Maese Pedro el titiritero (cap. XXVI)
    Maese Pedro llegó a una venta con un teatro de títeres. Iba a representar la liberación de Melisendra. Llevaba un mono que subía a su hombro y fingía hablarle al oído. Luego repetia los supuestos sucesos pasados y presentes, mas no futuros. Al representar el retablo, don Quijote enloqueció pensando que es cierto lo que ve, y le destrozó los títeres. Ante sus lamentos, echó la culpa a los encantadores y, finalmente, le pagó por los daños.
  • El Caballero de la Blanca Luna (cap. LXIV)

    El Caballero de la Blanca Luna (cap. LXIV)
    Tras haber sido derrotado por don Quijote como el Caballero de los Espejos, (Caballero del Bosque), el segundo enfrentamiento entre Sansón Carrasco y don Quijote tuvo lugar en Barcelona, donde hizo llamar el Caballero de la Blanca Luna, venciéndolo esta vez y obligándolo a retirarse de sus andanzas, lo cual sería la causa de la decadencia y muerte de Alonso Quijano.
  • Muerte de don Quijote de la Mancha (cap. LXXIV)

    Muerte de don Quijote de la Mancha  (cap. LXXIV)
    Estuvo seis días con fiebres, triste por no haber terminado sus hazañas y conocido a Dulcinea. Dijo odiar los libros de caballería. Sus amigos no creían que pudiera recuperar la cordura. De nuevo Alonso Quijano, dijo que sus aventuras le hicieron mal. Pidió un confesor y un notario. Saldó sus deudas, dejó el resto a Sancho y a su sobrina la aldea. Si se casaba con un hombre que conociera la caballería, lo perdería todo. Pagó a su ama lo debido y falleció en su lecho a los tres días.