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Había sido hijo único, hasta que el 12 de Febrero del 2002, con tan solo 2 años, conocí a mi hermana, la que se llevaría toda la atención de mis padres durante el resto de mi infancia y despertaría en mi, un sentimiento de responsabilidad gigantesco. -
A los tres años, mi familia se mudó a una ciudad en la cual pasaría gran parte de mi niñez y adolescencia, venía de un pueblo pequeño, por lo que al entrar y transferirme de escuela, me topé con una gran diferencia en el nivel de enseñanza, desde ahí mi madre me exigía ponerme al corriente, fueron demasiadas las noches donde desvelaba con mi madre aprendiendo letras, sumas y demás temas.
Esos días sembraron en mi, la constancia y el valor de la educación. -
En la primaria solía haber una hora al terminar las clases llamada "hora de taller", un día llegó un profesor con un tablero y piezas muy peculiares, después de enseñarnos los movimientos básicos, nos puso a jugar por parejas, el ajedrez me fascinó desde la primera partida, solía jugarlo diario, incluso llegué a asistir a torneos juveniles el mismo año, se convirtió en una de mis pasiones hasta la fecha. -
Siempre me había gustado aprender como funcionaban las cosas, solía desarmar mis juguetes, sacarles los motores y baterías, y armar cosas nuevas con ellas, mis padres se enteraron que había un curso de robótica en una universidad cerca de la casa, pese a que el curso era para niños de 12 años y yo tenía 8 años, mis padres convencieron al profesor que daba los cursos para que aceptara enseñarme, al terminar el curso supe que me quería dedicar a ello el resto de mi vida. -
Mientras crecía se iba volviendo cada vez más indispensable tener una computadora en casa, para investigaciones y tareas, es por eso que mi padre trajo un día una computadora, estaba emocionado, con ella podía hacer muchas cosas, es ahí donde empecé a aprender programación mediante videos tutoriales, ya que quería hacer mis propios juegos, mientras pasaban los años, sentía más fascinación hacia la tecnología y lo que se podía hacer con ella. -
Mis padres nos educaron en un ambiente cristiano, nos llevaban a platicas de pastores que hablaban sobre Dios, sin embargo me cuestionaba todo, no quedaba conforme con la respuesta "Esta es palabra de Dios", desde ese entonces decidí aprender sobre religiones y sobre ciencia, para entender realmente el significado de la vida, de dónde venimos, gracias a eso ahora soy agnóstico, y sigo buscando las respuestas. -
Después de ser rechazado de la universidad, mis padres me metieron a una universidad particular, dudé de mis capacidades, pero al final accedí, la universidad estaba en otro estado, por lo que tendría que vivir como estudiante foráneo nunca me había separado de mi familia, y fue difícil adaptarme al inicio, con el paso del tiempo, me di cuenta que era capaz de muchas cosas, tanto de vivir solo, como de sobresalir en la universidad, estaba aprendiendo y volviéndome independiente. -
A los 18 años metí papeles para estudiar mecatrónica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, pude haberme esforzado más estudiando, sin embargo no lo hice, y por lo tanto fui rechazado, sentía que había decepcionado a mis padres, ya que siempre había sido bueno en los estudios.
Llegué a creer, que no podría con una carrera universitaria, entré en depresión y llegué a pensar en dejar el estudio. -
Cuando iba en segundo semestre, los profesores nos hablaron sobre el torneo de robots minisumos, me entusiasmó mucho, aunque no tenía muchas esperanzas de ganar, ya que era un novato, así que con mi poca experiencia hice mi robot, me llevó demasiadas noches y errores hasta que quedó listo.
El día del torneo, no lo podía creer, mi robot estaba ganando contra todos, gané el torneo y los siguientes en los que participé.
Me ayudó a crecer y a tener confianza en mis conocimientos. -
Después de haber estudiado dos años en la universidad del estado de Chiapas, decidí intentar aprobar el examen para estudiar en la UANL, ya que era donde mi hermana menor quería estudiar, era una oportunidad para prepararme y comenzar de cero, pero esta vez, hacer mejor las cosas, y con suerte, tener un mejor futuro del que me hubiera esperado, cuando fui aceptado me sentí tan feliz, de algún modo, sentí que corregí el fracaso de dos años atrás.