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El debut de un monitor LCD para escritorio de 15 pulgadas representó un cambio radical frente a los voluminosos CRT. Estos monitores eran más delgados, ligeros y no emitían radiación visible, lo que los hacía más seguros y cómodos. Aunque inicialmente eran muy caros, mostraron el futuro de la industria al eliminar el problema del espacio y consumo energético.
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Este año marcó un hito histórico: los monitores LCD vendieron más que los CRT. La principal característica llamativa fue la transición definitiva hacia pantallas planas, lo que transformó oficinas y hogares en cuanto a estética y funcionalidad. Desde ese momento, los CRT comenzaron a desaparecer rápidamente del mercado.
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La relación de aspecto panorámica se consolidó, adaptándose mejor al consumo de películas y multitarea en computadoras. Este formato permitió trabajar con varias ventanas al mismo tiempo, mejorando la productividad. Además, los videojuegos se volvieron más envolventes gracias a este tipo de pantalla.
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La tecnología LED mejoró notablemente a los LCD tradicionales, ofreciendo mayor brillo, contraste y eficiencia energética. Además, permitió fabricar pantallas más delgadas y con mejor calidad de imagen. Lo llamativo fue que la palabra “LED” se convirtió en sinónimo de modernidad, marcando una nueva era en monitores de consumo masivo.
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Con resoluciones de 3840×2160 píxeles, los monitores 4K multiplicaron por cuatro el detalle de las pantallas Full HD. Su característica más llamativa fue la extrema nitidez, ideal para diseñadores, cineastas y gamers. Aunque al inicio eran costosos, rápidamente se convirtieron en un estándar de alta gama.
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Estos monitores buscaron brindar mayor inmersión, especialmente en videojuegos y cine. Su principal atractivo fue el campo de visión ampliado y la sensación envolvente que simulaba la visión humana. También se popularizaron en ámbitos de productividad, ya que permitían reemplazar el uso de dos pantallas por una sola ultrapanorámica.
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La tecnología OLED trajo consigo negros perfectos y colores intensos, ya que cada píxel emite su propia luz. Además, destacan por su rapidez en tiempos de respuesta, lo que los hace ideales para videojuegos competitivos. Su característica llamativa es la calidad de imagen casi perfecta, aunque su precio sigue siendo elevado.
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La combinación de Quantum Dot y OLED dio lugar a pantallas más brillantes y con mayor precisión de color. Esta innovación mejoró la durabilidad y el rendimiento frente a los OLED tradicionales. Su rasgo llamativo es que representan el nivel más alto en calidad de imagen, pensados para profesionales del diseño y gamers exigentes.