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Soy la segunda hija de 3 mujeres.
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Como integrante de una familia me siento afortunada ya que en compañía de mis papas y hermanas crecí en un ambiente de amor y disciplina.
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La disciplina en mi casa fue muy rígida, autoritaria y de perfección. "Todas las actividades que hagas siempre tienen que ser perfectas"
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Como integrante de una familia viví en igualdad pues goce de los mismos derechos y disfrute de los mismos beneficios que las demás integrantes de mi familia.
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Los límites para el control en mi infancia fueron la clásica mirada directiva de mi mamá y las consecuencias al no obedecer era la imposición de actividades domésticas en casa.
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Los valores en mi familia se enseñan a través de la imposición de una fé católica pues esta línea te indica como debes ser y cuales son las consecuencias en caso de no obedecer.