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El movimiento por la independencia de México se inicia la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en Dolores, Guanajuato. En esa madrugada el cura Miguel Hidalgo y Costilla incitó a la rebelión contra la corona española que había dominado el país por casi 300 años. El ejército independentista –los rebeldes para el virrey- era un pequeño grupo de indios, mestizos y criollos en su mayoría sin instrucción militar alguna y armados con instrumentos de labranza.
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Tras enterarse que habían sido descubiertos, los conspiradores de Querétaro -Ignacio Allende, Mariano Abasolo, Miguel Hidalgo y Costilla, Juan Aldama, José Miguel Domínguez, Josefa Ortiz de Domínguez, Juan Nepomuceno Mier y Altamirano, entre otros- decidieron levantarse en armas el 16 de septiembre en Guanajuato, donde quedaría instituido el Grito de Dolores como inicio de la Independencia.
"¡Viva Fernando VII!, ¡viva América!, ¡viva la religión y muera el mal gobierno!" -
Comandada por Miguel Hidalgo desde septiembre de 1810 hasta el 17 de enero de 1811 cuando fue capturado y fusilado, junto a Allende, Aldama y Jiménez, y sus cabezas se mostraron en la Alhóndiga de Granaditas. En este momento la guerra se centró en el Bajío y buscaba el regreso de Fernando VII al poder.
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Con José María Morelos y Pavón e Ignacio López Rayón el movimiento de independencia tomo tonos más políticos, una estructura, una ideología insurgente y un marco legal gracias al Congreso de la Anáhuac que buscaba convocar a todas las provincias independientes. Esta terminaría en 1815, con el asesinato de Morelos.
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De 1815 a 1820 se le conoce como ‘guerra de guerrillas’, ya que los diferentes grupos armados luchaban de manera aislada. La llegada de Javier Mina en 1817 con una compañía y la campaña de Vicente Guerrero en el sur, cambió los enfrentamientos que parecían perdidos para la causa independentista.
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Después de 10 años de lucha, en enero de 1821, Agustín de Iturbide negoció la paz con los insurgentes en el famoso ‘Abrazo de Acatempan’ con Vicente Guerrero. El 24 de febrero de 1821 se proclamó el Plan de Iguala y se implementaron las tres garantías: religión católica, unión de todos los habitantes y la Independencia de la Nueva España. El 27 de septiembre de ese mismo año. Iturbide y Guerrero entrarían triunfantes a la Ciudad de México después de años de lucha.