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Las parteras tradicionales contaban con enorme prestigio y atendían los partos con abundantes recursos terapéuticos naturales para aliviar problemas comunes de las mujeres durante el parto. -
Nace la partería profesional con la Cátedra de Partería, unida a la carrera de Medicina y Cirugía. Las parteras estudian lo mismo que los médicos y ambos trabajan juntos en las maternidades. -
Se crea la Cátedra de Ginecología. Aumentan los requisitos para la formación de parteras; el cuerpo médico comienza a desplazar a las parteras profesionales y abundan las críticas a la práctica de la partería. -
Se crea la carrera de enfermería y partería como especialización
de la enfermería. La mayor parte de los partos en hospitales son
atendidos por enfermeras obstetras, quienes también llevan el control del embarazo y la atención perinatal. -
Eliminan las plazas para parteras en los hospitales. Los médicos
atienden todos los partos en los hospitales y se comienza a capacitar a las parteras tradicionales en planificación familiar y en parto seguro para cubrir zonas rurales. -
Hay una expansión de la atención primaria, y surge la Iniciativa por
una Maternidad Segura. Bajo un nuevo “enfoque de riesgo” se prioriza la detección de riesgo en la atención prenatal y la referencia
de casos potencialmente complicados a hospitales. Se continúa la
formación de parteras tradicionales en procedimientos seguros,
aunque sin reconocimiento de sus capacidades clínicas y socio-culturales -
Se prioriza el acceso a la atención obstétrica de emergencia, basado en que las complicaciones obstétricas no son siempre previsibles pero pueden ser manejadas con el acceso inmediato a atención calificada del parto y a servicios con capacidad resolutiva. -
En respuesta al desafío del ODM 5 de reducción de la mortalidad materna, México adopta la estrategia de atención hospitalaria
de todos los partos, para asegurar el acceso a atención obstétrica de emergencia.