Primeras referencias registradas de epidemias de hepatitis.
F. O. MacCallum, utilizando voluntarios humanos, diferencia la hepatitis A, que se propaga a través de alimentos y agua contaminados, de la hepatitis B, que se propaga a través de la sangre.
Baruch Blumberg y Harvey Alter descubren el Aa, el antígeno Australia (posteriormente denominado HBsAg).