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En 1998, aparece y se funda el programa telesecundaria, el cual permitió; desde sus orígenes, contar con una propuesta diferente en cuanto a la entrega metodológica y el soporte teórico científico, pero fundamentalmente con el auxilio de los medios audiovisuales como la televisión, dicha modalidad permite una secuencia de procesos articulados de captación, comprensión, análisis y sentimientos del conocimiento.
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Finalmente el PEMEM II abarco algunas innovaciones curriculares para el ciclo diversificado con la instauración de las carreras de: Cerámica, Hotelería, Educación Estética, Educación Física y Bachillerato Agricola.
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La educación de adultos del nivel medio en Guatemala tuvo un importante avance, al ser creado mediante el Acuerdo Gubernativo No. 18 del 22 de marzo de 1974, el instituto oficial de Básico por Madurez. Para ingresar a estos estudios, el Acuerdo establece una edad mínima de veinticinco años y haber aprovado la primaria
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Según Acuerdo No. 001 de fecha 8 de enero de 1973 se autorizaron para funcionar con caracter experimental todos los institutos de Educación Básica con Orientación Comercial Industrial y Agropecuaria, cuyos edificios se han construido dentro del proyecto de extensión y mejoramiento de la Enseñanza Media. PEMEM
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Siendo Ministro de Educación Alejandro Maldonado Aguirre, se creo el sistema de Cooperativas para la enseñanza media. Está medida permitiría que sugiera un gran número de establecimientos de este nivel, mediante cooperación del gobierno central, las municipalidades, los padres de familia y los profesores enteresados en colaborar. En 1972 fueron autorizados unos cuarenta establecimientos de este tipo.
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El principal impulsador de los institutos con Orientación Ocupacional fue el Licenciado Félix Hernández Andrino, Viceministro de Educación en el período de 1996-1970 quién fundamento su acción en un estudio realizado por el mismo como tesis de graduación en la Universidad San Carlos de Guatemala.
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El gobierno de Manuel Estrada Cabrera fue impopular desde el principio y la educación pública, además de las terribles limitaciones económicas que padeció, fue objeto de ominosas restricciones ideológicas, favoreciendo en cambio la formación de un espíritu de servillismo.