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REMUNERACIÓN INDIRECTA
Las mujeres tenían derecho a poder trabajar. No obstante, si estaban casadas necesitaban la autorización del marido para poder hacerlo. También podían estudiar en la universidad. Pero El porcentaje de mujeres universitarias era muy bajo en esa época debido a que el 60% de las mujeres eran analfabetas. -
REMUNERACIÓN DIRECTA
En 1926, la ley cambió, y ya se podía cobrar directamente por el trabajo que se realizaba sin la necesidad de la mediación del marido.
Seguían pudiendo estudiar en la universidad, pero el nivel de mujeres analfabetas seguía siendo alto (50%). -
IGUALDAD LABORAL
A principios de los años 30, con el bando republicano, las mujeres disponían de los mismos derechos que el hombre, debido a la Constitución de 1931. Podían trabajar en la administración y hasta ser diputadas o notarias. Y se hizo un gran paso reconociendo el derecho a la no discriminación laboral. -
NO AL TRABAJO
Todo se torció a finales de los años 30 y en los 40, a consecuencia de la Guerra Civil Española. Donde el bando franquista negó totalmente a las mujeres el derecho a trabajar si estaban casadas. El Fuero del Trabajo (1938) determinó que “liberaba” a la mujer casada del trabajo “en el taller y la fábrica”. -
DEPENDENCIA AL MARIDO PARA TRABAJAR
En los 50, seguían sin tener derecho a trabajar en talleres o industrias si estaban casadas. Pero además no podían firmar un contrato de trabajo, sacar el carné de conducir, pedir el pasaporte y abrir una cuenta bancaria sin la autorización de su marido. Se volvió atrás respecto a principios de los años 30. Y es que no se tenía derecho a ser diplomáticas, juezas, notarias, inspectoras de hacienda o registradoras. -
DERECHOS POLÍTICOS, LABORALES Y PROFESIONALES
En 1961 se promulgó la ley sobre los derechos políticos, profesionales y laborales de la mujer, que permitió trabajar fuera de casa si estaban casadas. Y a partir de 1966 ya se podía ser juezas y fiscales (no ingresó la primera mujer hasta 1977), notarias (desde 1961) o diplomáticas (1962). -
NO DISCRIMINACIÓN
La cosa mejoró a partir de la Constitución de 1978, cuando se dio el derecho a no ser discriminadas por ser mujeres (aunque a nivel social había una falta de concienciación y seguía habiendo desigualdades). Ya podrían firmar un contrato de trabajo, sacar el carné de conducir, pedir el pasaporte y abrir una cuenta bancaria sin la autorización firmada del marido. -
DERECHOS MATRIMONIALES
Se promulgó la ley del divorcio, poder tener la patria potestad de los hijos, abortar en tres supuestos, medidas para conciliar la vida laboral con la vida familiar y la reforma fiscal que permitió a los cónyuges presentar la declaración de la renta por separado. -
DEFENSA A FAVOR DE LAS MUJERES
En los años 90 las mujeres no podían ser ni paracaidistas, ni legionarias, ni ingresar en los cuerpos especiales del Ejército. Pero sí ser militares y trabajar dentro de una mina. Se aprobó la legislación que tipifica al acosador sexual dentro de los delitos contra la libertad sexual. Y, además, en 1999 se aprobó el Plan de Acción contra la violencia doméstica y se modificó el Código Penal en materia de protección contra los malos tratos. -
IGUALDAD SALARIAL
En el siglo XXI, donde las leyes empiezan a cambiar a nuestro favor. No obstante, aunque por la ley somos iguales, de facto no tenemos el derecho real de ganar lo mismo que los hombres: Las españolas cobraron de media en 2013, un 17% menos que los hombres a pesar de estar más preparadas, según la OIT.
