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En los últimos años del virreinato y posteriormente a la guerra de
independencia, las escuelas de primeras letras se caracterizaron
por trabajar con catecismos religiosos para la enseñanza de la
lectura.
• En este marco, surgen los catecismos político y civil. Integrados
por preguntas “sobre el significado de conceptos como
constitución, libertad, ciudadanía, soberanía o voluntad general” -
En el siglo XVIII, el “siglo de las luces”, se constituyó la ciudadanía moderna que incorporó principios universalistas expresados en los derechos individuales, la participación política, el sufragio universal y la educación para los ciudadanos.
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Los proyectos educativos posteriores a la Independencia, promovieron el nacionalismo, identificado con el liberalismo de la Constitución de 1812.
• Los liberales de la segunda mitad del siglo XIX lo consideraron indispensable
ante las intervenciones extranjeras que México sufrió durante este periodo.
• Con matices propios de cada periodo, el nacionalismo se convirtió en un enfoque que impregnó tanto al civismo durante el porfiriato como a las propuestas generadas por los gobiernos revolucionario -
En 1971, se reformaron por vez primera los contenidos y
materiales educativos creados en 1959.
• El currículo se organizó por áreas por lo que el civismo se
integró a la de Ciencias sociales.
• Los programas y materiales educativos intercalan temáticas de
historia y geografía con un análisis sociológico y antropológico
de los problemas en México y el mundo. -
En 1993, la SEP publica nuevos planes y programas de estudio para primaria y secundaria.
• En ellos aparecen, como asignaturas independientes, Educación
cívica (primaria) y Civismo (secundaria).
• Entre las novedades se destaca la inclusión de temas relativos a
derechos humanos y en su enfoque se alude a la formación en
valores.
• Prevalecen contenidos relativos a la organización del sistema
político, la Constitución y la identidad nacional. -
La Formación Cívica y Ética logra formar parte de el Ministerio de Resposabilidad Social (RS)
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El trabajo que docentes y alumnos realicen en la asignatura requiere tener en cuenta una serie de orientaciones centradas en el desarrollo de la autonomía del alumnado y en la adquisición de compromisos ciudadanos teniendo como marco de referencia
los principios y valores democráticos, el respeto a las leyes y a los principios fundamentales de los derechos humanos -
Espacio curricular dedicado a formalizar saberes vinculados a la construcción de una ciudadanía democrática y el desarrollo de una ética sustentada en la dignidad y los derechos humanos. En la educación básica, la formación cívica y ética promueve el desarrollo moral del estudiante a partir del avance gradual de su razonamiento ético, con el fin de lograr la toma de conciencia personal sobre los principios y valores que orientan sus acciones en la búsqueda del bien para sí y para los demás.