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  EL autor rememora una de las vivencias de Julia Villamil cuando apenas era niña. Su abuelo traía un pavo que posteriormente iban a sacrificar y a ella le daba susto puesto que pensaba que era un perro.
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  Constanza y Mario mantienen el contacto en una parada hacia un monasterio junto con un grupo de peregrinos. Mario fue convencido para olvidar la muerte de su padre.
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  Mario y Julia son presentados en una comida de trabajo. A Mario le parece una mujer formidable y entablan conversación hasta que Mario la acompaña, muy pendiente, y de camino a casa la invita al cine.
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  Mario Casasola y Julia Villamil pasan la tarde juntos en la playa, acabando con una escena romántica de sexo que aprovecha Gonzalo Lasarte para fotografiar.
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  Constanza, con sospechas acerca de la lealtad de su marido, contrata al detective privado Gonzalo Lasarte
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  Un misterioso hombre entabla una conversación con otro pescadero de un puesto.
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  Julia se entera de que está embarazada y en un sin fin de sentimientos negativos desordena su habitación.
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  Mario Casasola necesita la opinión y ayuda de alguien y decide ir a pedir consejo a su cura y amigo Bernardo Aranguren, que lo confiesa.
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  Arturo Calderón denuncia la supuesta desaparición de su mujer Eva. Dicha investigación es llevada a cabo por la agente Idoia que se ayuda del inspector Abelardo Manresa.
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  Gonzalo Lasarte le entrega como trabajo final de su investigación, un sobre con la información que Constanza Peñafiel solicitó.
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  El misterioso hombre, llamado Diego Alcázar, vuelve con claras intenciones de vengarse de Abelardo Manresa. Él salvó y reconquistó a su esposa, ya que Diego la maltrataba.
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  Mientras Abelardo llegaba a casa tras acompañar a su compañera Idoia, que venían de celebrar el cumpleaños de la madre de Abelardo, Diego Alcázar lo espera y ataca con un cuchillo. Abelardo se defiende pero cae herido al suelo y es llevado al hospital.
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  Tras muchos pensamientos, Constanza decide no abrir el sobre y quemarlo sin saber su interior, fiándose de su marido y sin entrar en conflictos en aquella longeva relación.
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  Tras la recuperación de Abelardo, aún en el hospital, su compañera Idoia lo visita y le pide explicaciones de sus teorías. Él le da una versión completamente perfecta y al más mínimo detalle con montones de pruebas e increíbles deducciones sobre el asesino de Eva, su marido. Idoia se traslada rápidamente a casa de Arturo para arrestarlo.
