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Los huesos de los dedos son largos y curvados. La pelvis, miembros inferiores y los huesos del pie revelan una locomoción diferente a la de cualquier primate vivo o extinto, pero muy probablemente semi-bípeda.
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Sus molares poseían esmalte grueso, por lo que se deduce que no comía solo hojas y frutos sino alimentos más duros.