-
Mi llegada cambia las relaciones familiares.
-
Reconozco a las personas de mi entorno y reacciono ante su presencia. Soy capaz de percibir la sonrisa, el llanto y reaccionar ante ellos. Determinadas personas adquieren para mi un significado importante. Experimento angustia de separación si mi madre se ausenta.
-
Discrimino y acepto una posición de miedo y cautela ante los extraños. Interpreto y comprendo las demandas de quienes me rodean. Al llegar el primer año, soy capaz de reconocerme a mí mismo y mi carácter comienza a asociarse a claves sociales externas.
-
Manifiesto simpatía o antipatía hacia personas concretas. Comienzo a interesarme por mis propios objetos. Aún no conozco la norma social o no la comprendo y eso me lleva a tener rabietas.
-
Comienzo a encontrarme con los otros niños y aunque prefiero estar solo, estoy más abierto a comunicarme y a compartir mis juguetes. Expreso sentimientos como amor, celos, tristeza o envidia.
-
Comienzo a preocuparme por los demás, comparto mis cosas. Mis contactos sociales no son muy grandes pero aprendo a acomodarme al grupo, coopero y participo en el mismo, aunque aún no acepto claramente las normas de éste.