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De los 0 a los 10 años, se le llama también moral heterónoma.
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Va de los 0 a los 4 años y se caracteriza por la idea primitiva de obtener placer y evitar dolor, también se tiene una perspectiva egocéntrica en la que hacemos lo que vemos, y la acción moral se regula en función del castigo.
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Va de los 4 a los 7 años, y se caracteriza por observar normas bajo pena de castigo, y asimismo evitar el castigo físico o material. La obediencia juega un gran rol en esta etapa, ya que hacemos lo que nos dicen nuestras figuras de autoridad, generalmente los padres y maestros.
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De los 8 a los 10 años. En esta etapa las acciones del individuo se basan en hacer cosas que puedan beneficiarle, es por eso que el intercambio y el individualismo es una gran parte de esta etapa.
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Va de los 10 a los 23 años. También se conoce como Moral sociónoma.
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De los 10 a los 18 años. Se empieza a tomar más en cuenta a las demás personas en el aspecto social para basar las decisiones. Ser capaces de ponernos en los zapatos de las demás personas y empatizar con ellas es de suma importancia en esta etapa.
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De los 18 a los 23 años. En esta etapa se tiene más en cuenta a la sociedad como un sistema en general, más que a la sociedad inmediata como nuestra familia o amigos. Se caracteriza por tomar puntos de vista de este sistema que define normas y roles.
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De los 23 años en adelante. Se le conoce también como moral autónoma y puede ser una etapa altruista.
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En este se hace visible el respeto por el contrato social, los derechos individuales y los compromisos basados en la confianza. Se caracteriza por su perspectiva de razón, conciencia de valores y derechos inherentes a los contratos sociales. Siempre teniendo en cuenta cómo juzga el individuo las normas establecidas por la sociedad.
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Lo caracteriza la imparcialidad en el trato hacia las personas y una conducta basada en principios éticos universales como la justicia, el respeto, y la igualdad. Y así mismo un sentido de compromiso con estos principios.