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Mi nacimiento
Nací en noviembre de 1995, mi mamá Yadira, en ese momento era madre soltera, vivíamos en Huamantla junto con mi abuela Rosalia, quien falleció 2 años después de mi nacimiento. Recuerdo que mi mamá y yo pasábamos mucho tiempo juntas, siempre me sentí una hija muy amada, respetada y cuidada. No recuerdo que mi mamá me haya impuesto límites severos, más bien platicaba conmigo y me explicaba lo bueno y lo malo de cada situación. -
Una nueva familia
Cuando yo tenia 5 años, mi mamá decidió que formariamos una nueva familia, mi papá Jorge tenía 4 hijos y mi mamá me tenía a mí, todas y todos vivimos un tiempo en Apizaco, sin embargo los hijos mayores de mi papá decidieron independizarse y nos quedamos Karla, mi papá, mi mamá y yo y así ha sido hasta la fecha. En todo este proceso nunca existió imposición respecto a cómo dirigirme a mi papá, tampoco existieron mentiras y el trato y crianza hacia nosotras siempre fue el mismo. -
Adolescencia
Durante mis 15 años, fui una hija muy expresiva, mantenía mucha comunicación con mi mamá, era rebelde pero trataba de llegar a acuerdos con mi mamá y mi papá. No tenía permitido salir a altas horas de la noche, mi mamá prefería que mis amigas fueran a comer a la casa. Si tenía problemas lo comentaba con mi mamá quien siempre ha sido con quien mayor comunicación y confianza he tenido. No cuestionaba mucho los límites que mi mamá imponía. -
Los 17'
Los 17 fueron un poco más complejos, empecé a cuestionar y discutir frecuentemente con mi mamá, me alejé de ella y los límites que antes respetaba ya no lo hacía, tampoco platicaba tanto con mi familia y honestamente yo llegaba a ser irrespetuosa. Me sentía incomprendida y ansiosa por vivir cosas que ahora que las pienso ya no son tan cool. Bueno, pero eso me duró como un año, después volví a ser unida a mi mamá -
Los 20'
A los 20 años, me mantuve unida a mi mamá, había mucha comunicación y confianza, pero la relación ya era diferente, era más como una amistad muy muy fuerte; le contaba la mayoría de las cosas que vivía y ella siempre se mostró respetuosa con mis desiciones, sí llegábamos a discutir pero con menos intensidad. Ya no habían tantos límites ni prohibiciones. Siempre me he sentido muy amada por ella y también por mi papá aunque él se ha involucrado menos en mis procesos de crecimiento. -
Actualmente
Mi adaptación en el ámbito laboral y a dos años de pandemia, así como la búsqueda de mi individualidad, ha sido un poco difícil; aunque he tratado de estar unida con mi mamá, ya no es igual, xq he tenido que aprender a tomar decisiones propias, vivir las consecuencias de éstas, resolver mis propios problemas de la mejor manera posible y adquirir nuevas responsabilidades, sin embargo me alegra saber que mi mamá se siente tan orgullosa de mí como yo de ella y que nos tenemos la una a la otra.