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Nacimiento
Fui concebido en una joyería de Estambul -
Primer Dueño
Me compró un pasante de arte porque estaba inspirado en un retrato del pintor Hans Holbein -
Extravío
Me perdí, en Cuba, con mi primer dueño. No me ajustaba a su dedo y me deslicé. Caí en una alcantarilla y fui olvidado durante dos décadas. -
Recuperación
Un barrendero, Sueco de origen, me recuperó en una de sus limpiezas rutinarias de la calle. Intuyó mi valía desde el principio. Me guardó en su bolsillo y pensó sobre mi destino. -
Mi tercer dueño
Me compró un señor mayor, español de origen, residente en Valladolid. Conocía mi procedencia y el cuadro en el que me inspiraba. Pagó al barrendero sueco una gran suma por mí. Me guardó con gran cuidado en su villa. Sabía qué hacer conmigo. Lo tenía muy claro. -
Mi amada mano
El señor Vallisoletano me empleó como anillo de compromiso. Fue un gran momento. Viví la emoción con que contaba mi historia a la mujer que amaba. Sentí su unión cuando me introdujo en el dedo de su amor. Supe que allí viviría hasta la muerte de ella. -
Mi futuro incierto
Hoy he cambiado de mano. La mujer donde hasta ahora vivía ya no parecía necesitarme. Noté, hace años, que un compañero llegaba al dedo de al lado. Era de oro y parecía tener aún más importancia que yo en la mano donde residíamos. Ahí supe que tenía los días contados. Que la emoción que un día le produje sería transmitida a sus sucesores. Así ha sido. He llegado a una mano nueva. Es pequeña, tengo miedo de resbalarme. Pero he sentido fuerza al llegar a este nuevo dedo. Creo que este es mi sitio.
