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En relación con la hipótesis del cerebro, a Alcamaeon de Crotón, discípulo de Pitágoras, se le atribuye afirmar que el cerebro era el asiento físico de la mente, en el siglo V a.E.C., con base en sus observaciones de pacientes con daño cerebral. En esta misma categoría puede incluirse a Hipócrates, a quien se atribuyen diversas descripciones de alteraciones del lenguaje en casos de algunas enfermedades fatales en su tratado Sobre la Enfermedad Sagrada.
(Yáñez-Téllez, M. G. (2008)). -
Kolb y Whishaw (2003) mencionan a Empedocles de Acragas (427-347 a.C.) como el registro más antiguo de localización de los procesos mentales en el corazón. Dentro de esta misma hipótesis, Aristóteles (384-322 a.C.) supuso que dado que el corazón era caliente y activo, era la fuente de los procesos mentales, mientras que el cerebro, debido a que era frío e inerte, servía como un radiador para enfriar la sangre.
(Yáñez-Téllez, M. G. (2008)). -
Platón, quien desarrolló el concepto de un alma tripartita, con su parte racional en el cerebro.
Por su parte Galeno el tejido cerebral era importante (citado en Feinberg y Farah, 2000). Galeno observaba los cambios en el comportamiento de los gladiadores romanos heridos y señalaba que no sólo el daño cerebral alteraba la conducta, sino también que los nervios de los órganos de los sentidos iban al cerebro y no al corazón.
(Yáñez-Téllez, M. G. (2008)). -
En 1758 nace Gall.
"A finales del siglo XVIII y principios del XIX Franz Josef Gall y Johann Spurzheim formularon una teoría general de la localización cerebral, conocida actualmente como frenología"
Yáñez-Téllez, M. G. (2008).